sábado, 26 de septiembre de 2009

Chacalón Vive en el Corazón del Pueblo y se Fermenta en el Alma de los Jóvenes Excluidos


En la actualidad, las discrepancias y controversias sobre el origen de la cumbia peruana van tomando forma y consenso para su esclarecimiento y mejor comprensión sobre este ritmo de masas. Los estudiosos de este género coinciden en señalar que su probable origen se remonta a los años 60 del siglo XX. Fueron las bandas de músicos que interpretaban huaynos, entre ellos: “Los Demonios del Mantaro” y “Los Demonios de Corocochay”; quienes interpretaron el tema histórico, llamado la “Chichera”, fusión de cumbia colombiana con el huayno andino y matizado timoratamente con el mambo caribeño, fueron la esencia de su aporte musical.


Por consiguiente, es incuestionable declararlo como la madre de todas las variantes de la cumbia peruana (cumbia costeña, cumbia norteña, cumbia sureña, cumbia amazónica, tecno cumbia. chicha, otros). Fuente inagotable de inspiración enraizado en el alma de miles de peruanos y diseminado en casi todos los países de Latinoamérica. En primer momento, rechazado, despreciado, marginado, satanizado y excluido por las “clases altas” de nuestra sociedad por su extracción popular y origen provinciano y; luego, más tarde convertido en ritmo de masas de trascendencia nacional.

Este novedoso ritmo, a fines de los años 60 sufre serias modificaciones en su estructura rítmica y sonora, y en su composición y esquema organizativo. Es decir, que ya no eran las bandas orquestadas de huayno los que interpretaban estos temas; sino, eran grupos de estilo rockero y nuevaolero los que se atrevieron a incursionar en este nuevo género musical. Es así, como la guitarra eléctrica se convirtió en motor que marcó el compás del floreciente ritmo. Versión musical que fascino principalmente a los jóvenes de sectores urbanos marginales de Lima y otras ciudades de nuestro País. Entre los máximos exponentes, se pueden nombrar, principalmente, a “Los Destellos” de Enrique Delgado Montes, a “Juaneco y su Combo”, a “Manzanita y su Conjunto”, a “Los Diablos Rojos” y a “Los Mirlos”, entre los más destacados.

Fue el ingenioso músico Enrique Delgado Montes, quién jugó un papel protagónico en la transformación de este nuevo genero tropical. Asimismo, se impuso con un sonido muy peculiar en la primera guitarra, con su creación e inspiración de cientos de composiciones muy bien interpretadas, con su inagotable producción y talento musical. A la par, incorporo otros ritmos, como, la cumbia colombiana, el rock, el huayno, el folklore, la guaracha, el vals, entre otros y posesiono este nuevo ritmo emergente en el mercado nacional. Por lo cuál, con justa razón, él le llamó a este nuevo fenómeno: “Cumbia peruana”. Y así, tomar distancia con otros músicos de su época que venían generando otras variantes de este mismo género tropical suburbano, específicamente de corte más andino, llamado más tarde, despectivamente “Chicha”.

La “Chicha” como nueva variante de la cumbia peruana, tuvo sus propios Interpretes y músicos; quienes en un nuevo escenario llamados pueblos jóvenes y/o zonas urbano marginales, antiguamente, llamados barriadas se asentaron y forjaron. En estos cinturones de la miseria por los años 74 iniciaron su despegue y promoción, entre las más importantes agrupaciones nombraremos a los siguientes: “Grupo celeste”, “Grupo Guinda”, “Los Ecos”, “Los Ilusionistas”, entre otros. El primero, cuna musical de Lorenzo Palacios Quispe; quién más tarde, por los años 75 formara su propio grupo: “Chacalon y la Nueva Crema”.

Como no podría ser de otra manera, este fenómeno musical nace en nuestro país como expresión y producto del proceso migratorio y del desarrollo social suburbano, y se aúna al crecimiento explosivo de la ciudad de Lima. Estos nuevos espacios territoriales ocupados violentamente sirvieron como habitad para la sobrevivencia de miles de peruanos pobres principalmente de procedencia andina y fue cuna de implante de una rica y variada manifestación sociocultural.

Para tener una idea sobre este desplazamiento social cuasi forzado, solo basta revisar someramente algunos datos demográficos de la ciudad de Lima. En el año 1940 ya contaba con una población de 661,508 habitantes y en el año 1972 se multiplicó a 3’418,545 habitantes, con una tasa de crecimiento de 5.5 % anual. A consecuencia de este acelerado crecimiento ya se había creado en el año 1920 el distrito de La Victoria y en seguida en forma progresiva se inició la ocupación masiva del los cerros colindantes del ex fundo El Agustino; para más tarde por el año 60, crear otro distrito con ese mismo nombre. Es así como se fueron conformando, las primeras barriadas limeñas con una población constituida principalmente por migrantes y con grandes necesidades básicas de primer orden: agua y desagüe, luz eléctrica, servicios de salud, educación, entre otros.


Es como así, dentro de estas condiciones materiales de subsistencia, en esta incesante búsqueda de oportunidades para el empleo y el mejoramiento de su medio de vida. Los migrantes inician un proceso dinámico de interculturización para transformar su nuevo habitad y superar el hambre y la miseria. Frente a este violento desarraigo y éxodo de miles de personas, necesariamente, tuvieron que modificar sus sistemas y estilos de vida de corte campesino para dar paso a otro suburbano. Es en este incesante choque de contradicciones e intercambios culturales, es que se germina una nueva cultura de sobrevivencia, llamada suburbana.


En este submundo de exclusiones tan complicados y contradictorios, es ahí donde surge una variada mixtura de expresiones artísticas y culturales en su permanente búsqueda de identidad local. Diversidad cultural interactiva asociado a nuevos problemas sociales; Pero, que muy a pesar de estas contradicciones se vigorizó permanentemente por la solidaridad de su gente, por la fuerza espiritual pujante y progresista de sus pobladores. Condiciones subjetivas que sirvieron como instrumentos de transformación y cambio de estos espacios invadidos en prósperos y distritos emergentes, llamados en primer momento, despectivamente “conos”.

Dentro de esta realidad sociocultural nace la otra versión de la cumbia peruana, la “chicha”. Fenómeno que se origina como ritmo de masas excluidas y se enseñorea fusionando vivencias y sentimientos andinos con un sinfín de nuevas experiencias y emociones suburbanas. Esta nueva variante musical se convierte principalmente en refugio de soledades, sufrimientos, triunfos y victorias. En otros casos, en expresión melancólica de frustraciones colectivas y vidas marginales; manera muy peculiar de entender las cosas del “faite”, del “achorado” y del nuevo lumpen social. Así nace “Chacalon y la Nueva Crema” y se inmortaliza en los “cerros”. Porque es a él, a quién le toca encarnar el alma de los desposeídos y los marginados de la ciudad. Sus letras y canciones sintetizan las penas y sufrimientos de los excluidos; en fin, sus melodías se convierten en himnos de la miseria y la pobreza. Válvulas de escape de mil tormentos, entre sus principales temas, podemos citar: “Cruz Marcada” “Mi Dolor” “Soy Provinciano”, entre otros, todos encuadrados dentro de la misma temática social.


La vigencia del legendario “Papá Chacalón” fue sostenida en el tiempo por más de 20 años consecutivos. El modo de vida de los pobres de la ciudad y l@s jóvenes excluidos, fueron su fuente de inspiración. Sus penas y sufrimientos se hicieron canción en su voz. Voces de una Lima provinciana negada tantas veces y despreciado por las "clases altas" y los medios de comunicación social. Hoy tratan de darle el reconocimiento en el epitafio de su tumba, parodia comercial en este nuevo Perú emergente.


En el lado norte de la ciudad de Lima, paralelamente, en las pedregosas “pampas de Comas” se iba forjando un nuevo pueblo también por migrantes invasores venidos de diferentes regiones del Perú. Nace así, por los años 60 el populoso Distrito de Comas. Y para no quedar exceptuado dentro de esta corriente de ocupación territorial, necesariamente, tenía que encuadrarse dentro de este proceso espontaneo de desarrollo social y ser parte de la cultura suburbana en crecimiento. Para más tarde, gracias al esfuerzo colectivo de su gente conjuntamente con Villa El Salvador convertirse en paradigmas de desarrollo social, de progreso y modernidad en la ciudad de Lima, muy a pesar de sus grandes problemas.


En el año 2000, el programa “Mi jato” aplicó una encuesta a 90 adolescentes y jóvenes integrantes de “pandillas”. Una de las preguntas, fue: ¿Quién es tu artista preferido en el género musical? De todas las respuestas múltiples, se pudo evidenciar que un 38.7 % consideró como artista favorito a “Chacalon”. Respuesta que nos pareció básico, porque estos jóvenes nunca vieron tocar a “Chacalon” en vida; pero lo más curioso, es que muchos de ellos se identificaban con su música, con sus letras, con sus canciones. Por lo cuál derivamos, que este personaje legendario a pesar de estar muerto, estaba vivo y presente en el corazón del pueblo y se fermentaba en el alma de las nuevas generaciones de excluidos de nuestra ciudad. Trasmisión cultural suburbana incólume en nuestro medio.


Después de 10 años de aplicado esa encuesta, volvimos a realizamos esta vez, un Focus group con 10 adolescentes (Setiembre 2009). El objetivo de esta sesión grupal fue revalidar la vigencia de la “Chicha” en los jóvenes de Comas. La pregunta fue la misma ¿Quién es tu artista preferido en el género musical? Y agregamos otra ¿Qué sientes al escuchar a este artista? 70 % nos respondió “Toño y su Grupo Centella”, el 50 % nos mencionó el reggaetón y el 20 prefirió al “Grupo 5 y otros”. El primero de ellos, es un cantante de “chicha” pero con marcada influencia “chacalonera”. Este artista viene afiebrando a miles de adolescentes y jóvenes, principalmente de sectores sumergidos en extrema pobreza y los más excluidos y marginados de Lima Norte. Hoy en día, no hay moto taxi, “combi” y rincones de los barrios que no escuchen la música de este artista de moda. Además, las agrupaciones de “pandillas” lo tienen como emblema musical y en sus aniversarios lo celebran conjuntamente con su grupo sonoro; y además, comparte sus canciones, melodías y sentimientos en el llano. Muchos de estos adolescentes en sus presentaciones, cantan, lloran, beben, se pelean, se cortan las venas y se agreden mutuamente para liberar sus supuestas tensiones, rivalidades y frustraciones colectivas.


Y en referencia a la segunda pregunta, nos respondieron manifestando: “Que con la música de Toño y Centella, sentimos que desfogamos muestras penas y sufrimientos, sus letras de sus canciones hablan del pueblo y nos hacen llorar” - ¡Nos llega al “bobo”¡ ¡Toño, es un cantante de la Con…Su Ma…¡ sentenciaron. Estas fueron sus principales respuestas.


Indudablemente, que toda este cúmulo de vivencias disipadas de los adolescentes y jóvenes van acompañados de licor y violencia. Entonces, nos preguntamos: ¿Estaremos frente a un nuevo fenómeno musical o a una simple caricatura de la vigencia chacalonera? Lo que si podemos apreciar, es que la “chicha” sigue enraizado y presente en las diferentes zonas de Lima y el Callao. Por ejemplo: En Lima Norte, “Toño y su grupo Centella” encarnan al faraón de la cumbia peruana; en Lima Oeste, “Los Amantes de la Cumbia” y “La Ley de la Cumbia” cumplen ese mismo papel; en Lima Sur, “Los Nenes de la Cumbia” perennizan ese ritmo musical; en la Carretera Central, “Sombra Azul” y “Pascualillo” trasmiten esos mismos sentimientos y; en el Callao, el “Grupo Mantaro” se esfuerza por posesionarse con este genero suburbano. En conclusión, son los nuevos chacalones en sus respectivas zonas; talvez, no con la misma contundencia y aceptación como “Papá Chacalón”, pero si, le inyectan su vigencia a esta variante de la cumbia peruana hasta que la historia los depare y los adolescentes y jóvenes excluidos se sigan identificando con este genero musical.


Alfredo Chávez Olivera



Fuentes electrónicas discográficas:


1. La Chichera, “Los Demonios del Mantaro” , Carlos Baquerizo Castro, 1960
http://www.youtube.com/watch?v=zs8k--oSfl4

2. La Chichera, “Los Demonios de Corocochay”, 1966
http://www.youtube.com/watch?v=_fqjcoNEYQI

3. Elsa, “Los Destellos”, Enrique Delgado Montes
http://www.youtube.com/watch?v=4gSIhd2lJkY


4. Arre Caballito, “Manzanita y su Conjunto”, Berardo Hernandez Sabu)
http://www.youtube.com/watch?v=dLhNb3NWNdw

5. Ya se ha Muerto mi Abuelo, “Juaneco y su Combo”
http://www.youtube.com/watch?v=Rtm07DLsMaM

6. Pedacito de mi vida, “Los Diablos Rojos”, Marino Valencia
http://www.youtube.com/watch?v=Ansys_-hYTA

7. La Danza de los Mirlos, “Los Mirlos”, Segundo Rodríguez Grández
http://www.youtube.com/watch?v=_MLPCDyqIWc

8. Viento, “Grupo Celeste”, Victor Casahuamán,
http://www.youtube.com/watch?v=SSMVBvePkM4

9. Barrio Viejo, “Grupo Guinda”, Carlos Morales
http://www.youtube.com/watch?v=qddaGdFSFAs

10. Adiós Amor Adiós, “Los Ecos”, Edilberto Cuestas
http://www.youtube.com/watch?v=ep1-tW41sa0

11. Colegiala, “Los Ilusionistas”, Walter León
http://www.youtube.com/watch?v=y0UzQfb6GOU

12. Mi Dolor, “Chacalón y la Nueva Crema”
http://www.youtube.com/watch?v=G2A3tLh2hRg

13. Donde Estas Amor, “Toño y su Grupo Centella”
http://www.youtube.com/watch?v=aSqYmZ4cy9o

lunes, 14 de septiembre de 2009

DINAMICA DE LAS “BARRAS BRAVAS” EN LOS DISTRITOS DE LIMA NORTE


Los estudiosos del fenómeno de las llamadas “barras bravas” en el mundo, coinciden en señalar que su origen se remonta a los años 60 en Argentina. Es en este país latinoamericano donde aparece por primera vez, las primeras agrupaciones de esta naturaleza, llamadas “barras fuertes”. Denominación que se derivó por el exaltado comportamiento de hinchas y simpatizantes en los estadios de futbol profesional del país en mención. Este fenómeno se ha diversificado en casi en todos los países de América y Europa, pero, con ciertas particularidades en cada uno de ellos. De acuerdo al lugar de origen tienen diferentes denominaciones, como, “barras bravas”, “torcida”, “Hooligans” o “Ultras”. Agrupaciones principalmente conformado por jóvenes de origen suburbano.

El Perú, también no es ajeno a este fenómeno mundial, su origen, fortalecimiento, avanzada y dinámica de estas agrupaciones violentas tienen como columnas de sostenimiento y movilización a las principales “pandillas” de barrio de los distritos urbano marginales de Lima y las principales ciudades del Perú. Su avance vertiginoso se acelera en los años 90 provocando profundo malestar e inseguridad en nuestra comunidad.

En este proceso de avance y aceleración de las “barras bravas”, cada día se hace más evidente su consolidación en nuestro país. Por un lado, se fortifica su reforzamiento orgánico y; por otro lado, se dosifica de componentes psicológicos. Factores complementarios entre sí, que contribuyen a canalizar la exaltación y conducción de estas masas amorfas que promueven violencia, destrucción y muerte entre los enardecidos “tribuneros”.

En el Perú hay una serie de estudios al respecto. En verdad, no quisiera redundar sobre lo investigado; sino más bien, complementar con otros análisis, específicamente referente a la interacción dinámica de las “barras bravas” en los distritos de Lima Norte, sus sistemas de organización, su composición social y su dirección de movilización de masas juveniles.

Este reforzamiento orgánico de las “barras bravas” en Lima Norte, se inició por el año 98 con el desplazamiento masivo de integrantes de “pandillas” de barrio a las “barras bravas” de sus respectivos distritos. Este desplazamiento se incrementó con mayor notoriedad en el año 2002. Particularidad objetiva a lo que denominó el programa “Mi Jato”, la sustitución de la identidad barrial por la identidad deportiva. Es decir, por esos años se generó un cambio de identidad de referencia barrial por otra de mayor envergadura de referencia distrital o interdistrital.

Esta renovación de identidad, se dio, principalmente, porque muchas agrupaciones de “pandillas” de barrio corrían la suerte de extinguirse y peligraban su existencia. Para los nuevos integrantes y nuevas generaciones, ya no eran tan atractivos, defender sus territorios barriales; sino colores y símbolos deportivos de nivel nacional. Por tanto, se vieron obligados a “empatarse” con otras “pandillas” de barrio, reforzar sus líderes para el “batuteo” con mayor eficacia y dosificarles de componentes psicológicos para una fuerte adhesión y mayor énfasis en los enfrentamientos callejeros.

El principal objetivo de este reordenamiento estructural y subjetivo, era el control absoluto territorial de alcance zonal, distrital o interdistrital. Paralelamente, gracias a esta nueva estrategia orgánica e ideológica se dieron el nacimiento de “barras bravas” más compactas y más poderosas. Con este nuevo modelo de acción de masas, se iniciaron las llamadas “caminatas” por las principales avenidas (Av. Túpac Amaru, Av. Universitaria, Panamericana Norte, otros). Evento juvenil, que no es más que otra cosa, las marchas vandálicas con enfrentamientos entre rivales y el arrasamiento de propiedades a su paso desde sus distritos de origen con dirección a los estadios de futbol (Matute. Monumental “U” y San Martín de Porres) para terminar en un inmenso mar de multitudes frenéticas y “tribuneros” del Comando Sur, Trinchera Norte y Extremo Celeste, entre los principales. Respuesta social de masas amorfas y excluidas que buscan reconocimiento e inclusión en nuestra sociedad y en donde las formas institucionales tradicionales (familia, escuela y el barrio) están en una profunda crisis o abierta descomposición social.

La mejor evidencia de esta nueva dinámica de organización, de desplazamiento y de movilización juvenil de masas, es la exportación de pintas y símbolos de las “barras bravas” (graffitis) de los barrios a otros contextos territoriales. En primer momento, se dieron a nivel interbarrial; luego, se trasladaron a nivel interdistrital. Hoy en día, se puede apreciar pintas de “barras Bravas” de Comas y los Olivos, en las calles de los distritos del Rímac, Breña, La Victoria, Lima Centro, entre otros. Una especie de exportación de “marca” barrial, para hacer sentir su presencia, su audacia y su supremacía ante sus eternos rivales y; por consiguiente, dejar sentado sus sellos y huellas grupales, como quién diciendo, “que nosotros nos hemos paseado por sus territorios”.

En Lima Norte, existen “Barras bravas” con más de 15 años de fundación, entre ellos, citaremos a las más conocidas: La calle (AL) y la Bulla (U) que interactúan en los distritos de San Martín y Los Olivos; Los Pistacos (AL) que se moviliza por los distritos de San Martín y Comas; los Hooligans (AL) conformado por integrantes de los distritos de Comas y Carabayllo; el BUN (U) que esta enraizado en los distritos de Comas y Carabayllo;. Cvstodia (U) que tiene dominios en el distrito de Independencia, en fin otros más. Sobre la base de esta situación, se puede deducir que las “barras bravas” de las zonas urbano marginales están conformados mayoritariamente por las “pandillas” de barrio. Estas son sus bases para su vigencia orgánica. Por tanto, se convierten en instrumentos efectivos de organización y de mayor impacto de la violencia callejera, fenómeno juvenil, hoy convertido en uno de los principales problemas del país.

Asimismo, estas “barras bravas” aludidas lo conforman por lo menos una veintena de “pandillas” de barrio cada una de ellos y están distribuidas estratégicamente en los principales zonas de estos distritos con la intención de ganar territorios a su causa deportiva y pretender la rendición total de sus rivales eternos a fin de consolidar la supremacía distrital o interdistrital: Si es posible, disputar la hegemonía a punta de arma blanca y de fuego, so pretexto de defender sentimientos deportivos, el honor de banderolas (trapos), camisetas y otros objetos sagrados de honra y gloria.

De otro lado, sobre la dosificación de componentes ideológicos y psicológicos en las “barras bravas” se vienen promoviendo desde un buen tiempo atrás, lemas y consignas relacionados al heroísmo vandálico que son socializados entre los barristas. El culto a los símbolos y colores deportivos tienen mayor importancia que el de su propia familia, la defensa del honor, el desprecio al rival, el juego con la muerte y el culto a la destrucción son sus nuevos valores. En conclusión, es un deber de todo barrista, asumir sin discrepancias estos componentes ideológicos y ponerlos a práctica en sus “guerreos” callejeros.

Los mensajes y consignas que promocionan estas agrupaciones son muy variados, existen, desde cantos y loas a la exacerbación, pasión y muerte hasta sentimientos poéticos muy bien subliminados, entre ellos, he podido extraer del ciberespacio los siguientes: ¡¡¡Mas que vn sentimiento…la vida¡¡¡; Mvchos nos vieron nacer, pero nadie no vera morir; Solo vivo para amarte y moriré por alentarte; ¡¡Contigo a todos lados, desde el cielo hasta el infierno¡¡; ¡¡¡Si el cielo fuera blanquiazul, gustoso contigo me iría al cielo¡¡¡; ¡¡Si por amarte me llaman pandillero, me moriré siendo un delincuente¡¡ En la actualidad, también se vienen posesionando en este espacio virtual principalmente sus libros de visitas (guestbook) y paginas web. Medios de propaganda, muy bien construidos, en donde relatan sus acciones vandálicas, sus hazañas épicas, muestran sus trofeos de guerra (trapos, polos, zapatillas, otros) pero lo más aberrante están saturados de mensajes perversos, delictivos y antisociales buscando notoriedad y falso reconocimiento social negados en esta jungla de cemento, llamado ciudad.

Otro elemento a tener en cuenta, es que muchos adolescentes y jóvenes barristas, siempre justifican, diciendo que: “Alianza Lima, la U ó el S. Cristal son su familia”. Es innegable, que al interior de esas agrupaciones se conjugan emociones, pasiones y sentimientos profundos. El “amor” y la “devoción” para con sus colores son más fuertes que los lazos familiares. Este nuevo referente social, le provee de símbolos, colores, banderas e ídolos y hay que defenderlo a toda costa, hasta con la propia vida. Asimismo, le ofrenda himnos, canticos, alabanzas, mensajes y otros mecanismos de exacerbación del alma para la batalla y el “guerreo”. Este vinculo afectivo, para muchos de sus miembros se convierten en principal motivo de su existencia. Una especie de cuasi fanatismo en ciernes. Por lo mismo, que esta falsa percepción de la familia se convierte en un elemento peligroso para muchos de sus integrantes. Crisis y desintegración familiar que es muy bien aprovechado por estas agrupaciones, por su aparente cohesión de ideales y por el refugio emocional que les brinda, sustitución efímera que la familia y la sociedad no les pueden facilitar oportunamente.

Lo más grave de esta situación, es que los mismos clubes profesionales del alicaído futbol peruano, algunos malos dirigentes y la elite de estas “barras bravas” son “cómplices” del descontrol y vandalismo de los barristas, Estos promocionan el regalo de entradas de cortesía a los principales cabecillas que conducen las “barras bravas” de los principales barrios de Lima Metropolitana con la finalidad de manipularlos a sus intereses particulares. En muchos casos, esto se da con el afán de defender y fortalecer la conducción de sus periodos cuestionados y legitimarse en el poder. En fin, el interés personal y de camarilla se sobreponen sobre la eficacia y eficiencia de gestión, administración y conducción de sus respectivos clubes como exige estos tiempos de modernización y alta competencia. Romper con la mediocridad y la cultura “perdedora”, deben ser prioridades de todo dirigente para sacar adelante el futbol profesional.

El programa “Mi Jato” en su primer registro de agrupaciones juveniles en situación de riesgo y exclusión social realizado en el año 99, detectó una característica sui generéis, la cuál lo denominamos: La triple identidad; es decir que un mismo adolescente y/o joven era integrante al mismo tiempo, de una mancha escolar, de una “pandilla” de barrio y de una “barra brava” (1). Hoy esta situación, todavía sigue vigente con algunos miembros activos de estas agrupaciones. Sobre esta particular característica, deducimos que nos había encontrado frente a una aparente búsqueda confusa de identidad en muchos jóvenes para afirmar su referente y pertenencia grupal.

En conclusión, frente a este caso, pudimos inferir, que las manchas escolares vendrían hacer para algunos adolescentes y jóvenes, el primer referente grupal de nivel primario y las “pandillas” de barrio y “barras bravas” referentes secundarios y de mayor complejidad. Sobre este último, el chileno Andrés Recasens, año 1999, identificó con suma claridad, tres tipos de personas según sus comportamientos en los estadios: Los espectadores, los hinchas y los barristas. La práctica ha demostrado que en el Perú, las “barras bravas” se movilizan dentro y fuera de los estadios con ciertos patrones de conducta cuasi fundamentalistas, revestidos de mitos deportivos y glorificación de colores expresando un compulsivo fanatismo y vandalismo desenfrenado en las calles y los recintos de futbol.

Finalmente, para concluir con este breve análisis, quisiera manifestar añadiendo, que si bien es cierto, que la principal tarea para contrarrestar este fenómeno juvenil en incremento, es el fortalecimiento impecable de las familias en Perú y la implementación sostenida de políticas publicas preventivas. También es imprescindible, la modernización institucional de los clubes profesionales de futbol, la promoción deportiva de alta competencia para convertir a estas instituciones en verdaderas motores de triunfadores. Asimismo, es necesario implementar un plan de organización y funcionamiento de las “barras bravas” para el fortalecimiento de la cultura de paz y desarrollo de nuestras ciudades encuadrado dentro de un marco legal concertado y reglamentado en valores y derechos humanos para bienestar y seguridad de nuestro país, elementos necesarios para nuestro desarrollo integral.

Bibliografia:

(1) Alfredo Chávez & Walter Erazo “Pandillas”, Una Salida desde sus Voces, Fondo Editorial Comas, 110 pp, año 2000.

Fuentes electrónicas:

Pesce Aguirre, Jorge. Análisis actancial de las barras bravas en Chile: sus actos y comportamientos en el estadio. Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 115 - Diciembre de 2007
(En línea)
http://www.efdeportes.com/efd115/analisis-actancial-de-las-barras-bravas-en-chile.htm
Fecha de consulta: 04 de setiembre de 2009.

Recasens Salvo, Andrés. (1999). Las Barras Bravas. Facultad Ciencias Sociales, Universidad de Chile.
(En línea)
http://www.facso.uchile.cl/publicaciones/biblioteca/docs/libros/barras.pdf
Fecha de consulta: 05 de setiembre de 2009.

sábado, 22 de agosto de 2009

LA VIOLENCIA JUVENIL SE INCREMENTA EN LAS ESCUELAS PÚBLICAS DEL PERU


En el año 1999, la Revista Chasqui (hoy llamado ComunicAcción) detectó, que en un 32.5 % de las Instituciones Educativas públicas del distrito de Comas del nivel secundario interactuaban solapadamente integrantes y simpatizantes de agrupaciones de “pandillas” y “barras bravas” de nuestro medio. Esta cifra se incremento en un 57 % en el año 2004 y se amplio en un 80 %, en el año 2008. En estos espacios educativos en forma similar también se vienen multiplicando en diferentes Instituciones de los distritos de Lima y de las principales ciudades del País, como, Chiclayo, Trujillo, Chimbote, Ayacucho, Huancayo, entre otros.

En ese mismo año, ComunicAccción también registró, que más del 80 % de las fachadas (paredes externas) de las diferentes Instituciones Educativas de este distrito se habían convertido en arbitrarios medios de expresión y propaganda de las agrupaciones en situación de riesgo y exclusión social. En la actualidad, es común observar trazos y garabatos (graffitis) con los nombres de estas agrupaciones, de sus integrantes, de sus símbolos y de otras figuras marcando su territorio, pertenencia e identidad grupal. Sobre estos hechos, años atrás, nos respodió en forma contundente un integrante de la agrupación los “Norteños”, manifestando lo siguiente: “Las paredes, son las pizarras de la calle”; y remarco diciendo:
“Por tanto, hay que buscar un lugar estratégico para marcar nuestros símbolos y hacer respetar nuestro territorio”.

Pero, lo más preocupante de esta realidad, es que una gran cantidad del mobiliario escolar de estas mismas Instituciones, también se han convertido en medios de expresión evidente de los/las púberes y adolescentes. En estos enseres educativos también se trazan micro grafitos con contenidos violentos, dando una sensación de que los escolares trataran de expresar reprimidas conductas altamente agresivas, sentimientos ocultos de violencia intrafamiliar o pasiones deportivas mal canalizadas; es decir, una verdadera catarsis colectiva y anónima, supuestamente para encontrar su yo perdido en la más profunda crisis de su inestable existencia.

Efectivamente, en las paredes de los baños de las instituciones educativas y del mobiliario escolar, como, carpetas, mesas, sillas, pupitres y pizarras. Se escriben una variedad de nombres, desde terroríficos hasta pseudos amistosos, entre ellos tenemos:
a) Nombres terroríficos, como, “Sepultura”, “Satánicos”, “Apocalipsis”, “”Sicarios”, “Verdugos”, “Pistacos”.
b) Nombres malandrines, como, “Aventureros”, “Corruptos”, “Fugitivos”, “Foranchos”, los “Mercenarios”, los “Canallas”.
c) Nombres alienantes, como, “For Five”, Strongers”, “Streiker” los “Cadillacs”, los “Hooligans”, los “Mickys”
d) Nombres pseudo amistosos, como, los “Choches”, los “Chéveres”, los “Latinos”, “Barrio Fino”, “Bateria C", los "Dioses”.
e) Nombres de barrios, como, los del “Parral”, los de la “Merced”, los de “Villa Clorinda”, los “Santa Rosa”, los de “San Carlos”, la “Ochenta”; entre otros.
En definitiva, un sinfín de nombres que reflejan altos grados de agresividad y violencia en las escuelas, y que hasta la fecha, tanto el sector educación como el propio Estado peruano solo se limitan a contemplar indiferente a esta realidad socio-cultural que se incrementa vertiginosamente en nuestro país.

De otro lado, solo en el año 2008, el Centro de Emergencia Mujer (CEM) atendió 45,144 casos sobre violencia física, psicológica y sexual a nivel nacional; es decir, 171 casos diarios. El CEM-Comas, atendió 897 casos en ese mismo año; es decir 2.4 casos diarios, representado el 1.9 % de casos atendidos a nivel nacional. Esta realidad ratifica que la violencia física, psicológica y sexual esta profundamente enraizado en los núcleos familiares de nuestro país. Fenómeno social, que se replica contundentemente en las escuelas de nuestro medio combinándose la violencia escolar con la violencia familiar explícitamente. Sobre este tema espinoso, manifiesta, el investigador chileno Eusebio Nájera Martinez, año 2004, que: “La escuela es un espejo y un amplificador de la realidad social para nuestra vida cotidiana”. Y reafirma sobre este mismo asunto, agregando que: “La violencia se va legitimando en las relaciones sociales, estableciendo nuevos modos de enfrentar conflictos de convivencia a nivel nacional, comunitario, familiar e interpersonal”. Igualmente, sostiene, que
“Las organizaciones tribales y las practicas de pandillaje no son patrimonio de las juventudes sino que marcan el escenario de las formas que la sociedad adopta en su vida económica y productiva”.

En referencia a este mismo análisis, Corsi y Peyrú, año 2003, concluyen manifestando lo siguiente: “La violencia y la criminalidad son los efectos más visibles de una crianza basada en la carencia, el descuido de los menores y la inseguridad en la trasmisión de valores adecuados para una convivencia civilizada”. En conclusión, desde mi punto de vista, la violencia juvenil en la escuela esta circunscrito a nuestra realidad social y sus consecuencias son el reflejo del establecimiento inadecuado de las relaciones sociales en el ámbito familiar básicamente.


Asimismo, quisiera agregar sobre la base de nuestras experiencias de intervención sobre este fenómeno juvenil, concluyendo lo siguiente, que el accionar de las “pandillas” en nuestro medio, se dan como sigue: Un 70 % tienen su origen por la rivalidad entre las “pandillas” de barrio, un 20 % por la rivalidad entre las “barras bravas” y un 10 % por la rivalidad entre las “manchas escolares”, este último afectando a las principales Instituciones Educativos de nuestro medio. Por cierto, que estos orígenes son variables y se manifiestan con mayor notoriedad de acuerdo a la coyuntura social, el calendario del futbol profesional y los meses del año escolar.

En verdad, en estos tiempos difíciles de inseguridad y crisis de valores, el fenómeno de la violencia juvenil se pone en primer orden en la agenda nacional. Problema que descubre la profunda crisis que atraviesan las familias en el Perú y su vulnerabilidad. Asimismo, pone en cuestión todo el sistema educativo nacional. Este último por esencia se ha instituido sobre componentes autoritarios, antidemocráticos y excluyentes. Las metodologías de enseñanza en uso están desfasadas para estos tiempos de la sociedad de la información y la era del conocimiento, las estructuras curriculares son arbitrarias e impuestas desde el mismo Estado, y las infraestructuras se eriegn sobre diseños inapropiados y represivos. Frente a esta realidad antagónica, la peor parte se reproduce en las escuelas públicas. Por tanto, sobre este punto crucial, coincido con E. Nájera Martínez, cuando expresa, que la “Nueva sociedad del conocimiento requiere de inteligencia social para su reproducción y la educación de ciudadanos del siglo XXI se vuelve una tarea impostergable”. Y que es por tanto, tarea de todos nosotros construir las bases de una nueva educación eminentemente democrática en el presente para bienestar de nuestro futuro.

Finalmente, sobre las múltiples salidas para abordar la violencia escolar, la metodología más apropiada de intervención, según E. Nájera, son las de prevención y mediación. La primera, construyendo familias responsable4s y comunidades saludables, y la segunda, aplicando un despliegue de competencias personales e interpersonales para el ejercicio de practicas democráticas, Es por lo menos, el compromiso social que nos toca a todos los peruanos asumir en esta tarea concreta para mejorar la calidad de vida de los habitantes de nuestro país.

Referencias
*Corsi, Jorge y Payró Graciela. Violencias Sociales, Editorial Ariel, Santa Fe, Argentina, año 2003.
*Nájera, Eusebio. Violencia Escolar, Una Lectura Pedagógica, Editorial PIIE, Viña del Mar – Chile, año 2004.
*Chávez Olivera, Alfredo/Erazo Tamayo, Walter. Pandillas, Una Salida desde sus Voces, Fondo Editorial Comas, año 2000.
*Estadísticas del Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual – 2008 MIMDES y. Policía Nacional del Perú (PNP).
*Registro Estadístico de Estudio de Campo sobre Violencia Juvenil en Comas, ComunicAcción para el Desarrollo Local -ComunicAcción, año 1999, 2004 y 2008.

jueves, 6 de agosto de 2009

"PANDILLAS", PATRONES DE CONDUCTA PELIGROSO PARA LOS NIÑOS DEL PERÚ

En este nuevo milenio, la ofensiva internacionalización de las maras, entre ellas, la Mara salva Trucha (MS) y la Mara 18. Agrupaciones de “pandillas” establecidas en la ciudad de los Ángeles (EEUU) por emigrantes salvadoreños por los años 80; y hoy en día, diseminadas en todo Centroamérica, incluido México, vienen calando profundamente y en forma impactante sus patrones de conducta y estilos de vida principalmente en los niñ@s, adolescentes y jóvenes en situación de riesgo y exclusión social de las zonas urbano marginales de Lima Norte y nuestro país.


Hace más de 10 años, en el distrito de Comas y Lima Norte identificamos niños de 11 años de edad integrando “pandillas”. La verdad, que esta particularidad ya no es nada nuevo en nuestro medio. Pero si, lo que me preocupa, es que en estos dos últimos años, niños de siete, ocho y nueve años de edad vienen asumiendo algunos patrones conductuales de los grupos mareros de Centroamérica, como por ejemplo, sus saludos, sus símbolos, sus vestimentas y/u otros códigos utilizados por estas agrupaciones que se encuentran en situación de exclusión social y al margen de la ley.


Entonces, cabe preguntarse - ¿por qué estos patrones de conducta tan fácilmente se interiorizan en los niños de sectores socioeconómicos bajos? Para responder a esta interrogante, recordaremos al investigador social Carlos Castillo Ríos; quién por los años 75, identificó acertadamente en sus libro “Los Niños del Perú”, clases sociales, ideología y política, la sustancial diferenciación entre los niños de nuestro país. Para tal efecto, trazó imágenes genéricas de familias y niños, clasificándolos en burgueses, proletarios y campesinos. Por cierto, cada uno de ellos con sus estilos de vida, sus costumbres, sus pautas de educación y sus métodos de crianza, entre otros criterios, para su mejor comprensión.

Esta realidad formulada por el mencionado investigador social, ha cambiado rotundamente con la implementación agresiva de la economía de mercado mundial. Proceso en curso que a agudizado más las clases sociales; y por consiguiente, a implantado una abismal diferenciación socioeconómica en nuestro país.

Para clarificar estas diferencias sociales, los estudiosos en materia socioeconómica han creado nuevas categorías y variables que permitan medir los grados de pobreza con mayor agudeza y precisión. En primer momento, se clasificaron en tres niveles, el primero denominado pobreza absoluta; el segundo, denominado pobreza relativa; y el tercero, el de exclusión social. Actualmente, se usa el llamado método directo para identificar carencias criticas en una población o las llamadas, Necesidades básicas insatisfechas (NBI). Instrumento que a servido de soporte para construir el mapa de caracterización socioeconómica de lo hogares en nuestro país, en sectores socioeconómicos, llamados A, B, C, D y E respectivamente. Método recomendado y utilizado por la CEPAL a partir de la década del 90.

Con estas variables socioeconómicas, nos permiten percibir con mayor objetividad las llamadas necesidades básicas insatisfechas de los sectores excluidos del sistema de globalización mundial en nuestro país, como son, la mala calidad de sus viviendas, el limitado acceso a los servicios sanitarios, el limitado acceso a la educación pública y el insuficiente ingreso familiar. Por tanto, después de este mero análisis, es ahora fácil comprender, porque en estos dos últimos sectores socioeconómicos D y E, son más proclives la instauración y reproducción de patrones de conducta inadecuadas en los niñ@s, adolescentes y jóvenes. Esto se debe, a que, en estos sectores las mismas carencias insatisfechas y las precarias condiciones de vida contribuyen a desarrollar hogares vulnerables, y están expuestas en mayor grado a la inseguridad social.

Igualmente, en un porcentaje significativo de estos hogares, esta instituida la violencia, la inseguridad, la pobreza y la desintegración familiar; por tal efecto, los padres de estos hogares tienen mayores dificultades en practicar mecanismos de promoción de valores y habilidades sociales para con sus hijos. Y estos últimos, están mas expuestos en asimilar, imitar e incorporar estilos de vida y patrones de conducta de la calle, su más próximo entorno social; el de tipo A; y/o las llamadas conductas “antisociales”. Muy a pesar, de que muchas de estas familias, hacen grandes esfuerzos por ajustarse a la modernidad y romper con las múltiples y variadas formas de exclusión social. Pero que finalmente son empujadas a convivir en permanente situación de riesgo y marginación social.

Al respecto, quiero dejar bien en claro, que no todo niñ@ de estos sectores socioeconómicos terminan por el llamado “mal camino”. Que, para nuestra satisfacción, no es una generalidad. Por el contrario, muchos de estos niñ@s y l@s adolescentes y jóvenes a pesar de estas situaciones adversas de vida, ponen en práctica la resiliencia, conjunto de atributos y habilidades para adaptarse, protegerse y superar esta vulnerabilidad y triunfar como hombres productivos y de bien para el progreso y bienestar de nuestro medio.

Es sabido, que las precarias condiciones de vida e infrahumanas, son caldo de cultivo para atrapar a miles de niños, adolescentes y jóvenes en las garras de la delincuencia, el pandillaje, la drogadicción, el alcoholismo y la prostitución. Fenómenos sociales, que requieren urgente la aplicación de medidas integrales y oportunas para neutralizarlos. Y si no se aplican a tiempo, estos patrones conductuales e inadecuadas de los grupos mareros servirán como modelos de vida para miles de nuestros niños. Aparte de ello, no deben volver a repetirse, casos como, en los barrios marginales de la ciudad de Trujillo, en donde hace pocos años atrás, grupos de “pandillas” empezaron a cobrar peajes a los transportistas (microbuseros y moto taxistas) del sector y controlar la comercialización de la drogas y la prostitución, en su insólita pretensión de liberar territorios para su provecho. Asimismo, hace poco, en los jirones Loreto y Castilla del callao vienen enfrentándose “pandillas” avezadas por la supremacía y el control de la zona con el objetivo de robar, asaltar y traficar drogas.

Si comparamos, las “pandillas” experimentadas de los grupos mareros con los “pandillas" de nuestro medio. Las nuestras, todavía son bebés de pecho, "niños traviesos" o simples “chistosos” como dicen ellos mismos en sus jergas para burlarse de sus rivales. Por el contrario, las Maras, son verdaderos sistemas de organización y profesionales del terror y la muerte; quienes han llegado a controlar y liberar territorios de las zonas urbano marginales (guetos, llamados en la republica de El Salvador) para implantar sus sistema de vida y patrones conductuales al margen de la Ley.


Además, de las Maras, existen otras asociaciones internacionales de “pandillas”, que hace varios años se vienen propagando internacionalmente. Estos tuvieron su origen en los EEUU por emigrantes excluidos en ese país, como, los "Ñetas" y los "Latín Kings". Hoy en día, se han enraizado en toda Europa, pero principalmente en España. Estas asociaciones, han creado sistemas más complejos de organización, han constituido sus estatutos, sus símbolos, sus códigos y otras reglas de convivencia para su cohesión, identidad y referencia grupal. Los propósitos y objetivos de estas asociaciones están abiertas al mundo a través del Internet en donde propagan y socializan sus ideas y estilos de vida con sus pares especialmente de Latinoamérica. Además, hacen uso de nuevas tecnologías del conocimiento y la información en el ciberespacio, como, paginas web, guestbook, blogs, Youtube, entre otros. No seria nada extraño, que muy pronto, inicien sus operaciones a través de la radio y TV por este medio.

Entonces, frente a toda esta peligrosa realidad. ¿Qué debemos hacer? – solo, contemplar indiferente como estas agrupaciones con suma facilidad vienen ganando terreno colonizando nuevos territorios, principalmente de los sectores más pobres del Perú. ¡Claro que no¡ Entonces, hay que echar andar en forma efectiva todo un sistema integral de promoción, atención y defensa de los hogares más vulnerables de muestro país. Y desde mi punto de vista, en forma particular, se deben aplicar las siguientes medidas:

1.- Implementar y poner en funcionamiento políticas públicas integrales de juventudes de carácter eminentemente preventivo.

2.- El Estado peruano debe crear un órgano que centralice todos los programas, proyectos, acciones y actividades dirigidos para los adolescentes y jóvenes del Perú; y de esta manera, no se dupliquen esfuerzos en forma aislada y burocrática.

3.-Promover el fortalecimiento sostenido de la familia y su defensa, como núcleo básico de la sociedad principalmente de los sectores de pobreza y extrema pobreza.

4.- Ampliar la cobertura de los servicios educativos principalmente para los sectores socioeconómicos D y E para su contribución al mejoramiento de calidad de vida de esta población.

5.-Luchar impecablemente para la reducción progresiva de la pobreza y extrema pobreza, condición material, física y psicológica que permite la reproducción automática de estos fenómenos juveniles.

6.-Apertura total de igualdad de oportunidades en la educación, en el trabajo y la salud pública, específicamente para los jóvenes de este sector poblacional.

7.- Finalmente, lo que nuestras autoridades y la sociedad peruana en su conjunto crean por conveniente implementar para contribuir con la prevención, reorientación, resocialización y neutralización de estos problemas juveniles.

Alfredo Chávez Olivera

domingo, 19 de julio de 2009

UN JUSTO RECONOCIMIENTO SOCIAL MERECE “JUSTO ARIZAPANA” DE PARTE DEL ESTADO Y EL PUEBLO PERUANO

Hace cuatro meses conocí a Justo Arizapana Vicente, en uno de los talleres productivos implementado por la Asociación española Ahoniken con el apoyo del Programa “Mi Jato” en beneficio de adolescentes y jóvenes en situación de riesgo y exclusión social (pandillas) del distrito de Comas. La verdad al conocer su historia personal me conmovió extraordinariamente; y por lo cuál, decidí escribir este artículo con el propósito de exhortar al Estado peruano, sensibilizar a las autoridades y dar a conocer a la opinión pública como viene subsistiendo a duras penas este personaje olvidado e incomprendido por nuestra sociedad, héroe anónimo de la democracia y defensor de los derechos humanos en nuestro país.

Este caso peculiar y inaudito, ha sido tratado en algunos programas de televisión, entre ellos, “Reporte Semanal”, “La Ventana Indiscreta”; en los periódicos “Perú 21” y “El Comercio”; en las revistas, “Caretas”, “Etiqueta Negra”, “Línea de Fuego” y por blogs personales del ciberespacio. Asunto, que un sector de la prensa nacional ha tratado de esclarecer sobre la autoría del verdadero descubridor de las fosas de los restos de 9 estudiantes y un profesor de la Cantuta, ocurrido en el año 1993. Descubrimiento emblemático con el que se reveló los actos de salvajismo y barbarie cometidos por el “Grupo Colina” – maquinaria de aniquilamiento y ejecuciones extrajudiciales creada por el Servicio de Inteligencia Nacional al mando de Vladimiro Montesinos y santificado por el Gobierno de Alberto Fujimori.

En primer lugar, quisiera advertir, que al tratar este tema, mi intención no es provocar una discusión sobre las causas y orígenes de la violencia social perpetrada en el Perú en los años 80; tampoco, sobre si fueron los estudiantes y el profesor de la Cantuta subversivos o inocentes, entre otras interrogantes. Estos temas por esencia son muy apasionados, controversiales y polémicos. Lo que busco desde el punto de vista profundamente humano, es hacer reflexionar a la opinión pública sobre la vida injusta, olvidada y de extrema pobreza que lleva Justo Arizapana.
Como es de conocimiento público, nuestro país en los años 80, fue escenario de una de las guerras internas más cruentas de su historia republicana entre el Estado peruano y los movimientos insurgentes (Sendero Luminoso y el MRTA). Guerra que significo la muerte y desaparición de más de 69,280 mil personas (Informe CVR, año 2003) y el desplazamiento forzoso de casi un millón de peruanos principalmente del campo a la ciudad, dejando graves secuelas de índole político, económico y predominantemente de carácter psicosocial. Hechos trágicos de horror, destrucción, muerte, desolación y sufrimientos colectivos que nunca más deben volver a repetirse en nuestro país, para contribuir con su bienestar, desarrollo y progreso social.


Si bien es cierto, que el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación Nacional presidido por el Dr. Salomón Lerner Febres, es un trabajo exhaustivo, acucioso y muy profesional, sobre el caso Cantuta, no dice nada referente a la importante participación de Justo Arizapana Vicente. Este humilde reciclador de origen campesino, fue testigo discreto y anónimo que estratégicamente busco la forma de dar a conocer a la opinión pública sobre este execrable caso. Papel determinante que le toco jugar arriesgando su propia vida para su esclarecimiento que hasta la actualidad se sigue ventilando en los fueros judiciales con sentencia en primera instancia a 25 años de prisión en contra del ex presidente Alberto Fujimori, (periodo 1991 a 2000)
Luego de lograr su cometido, J. Arizapana se escabulló en silencio y de incógnita para transitar por diferentes lugares del país, se cambio constantemente de nombre para su autoprotección. Tuvieron que pasar más de 16 años de desdichas y sufrimientos para darse a conocer y salir a luz en defensa de su derecho, como, el verdadero descubridor de las fosas de los restos del caso Cantuta.


Este personaje de condición humilde, hasta la fecha nada ha conseguido a cambio de su participación práctica y efectiva, y su vida transcurre en la más completa inseguridad, orfandad, abandono y de extrema pobreza.

Pregunto: ¿Quién de nosotros se hubiera atrevido denunciar casos de violación de derechos humanos y de actos subversivos en ese momento histórico? – La población se encontraba entre la espada y la pared frente a dos flancos armados. Por un lado, el Estado; y por otra parte, los subversivos. Por tal razón, la actitud ejemplar de este valeroso peruano debe ser reconocido. Por suerte del destino, tuvo que ser Justo Arizapana el protagonista de este macabro caso. Claro que sí, solo una persona con conciencia y sensibilidad social, solidaria por excelencia, amante de la justicia y la verdad, revelaría este caso a pesar de peligrar su vida. Si no hubiera sido él, es más que seguro que este hecho estuviera durmiendo en los sueños de los justos por la eternidad. Como muchos casos, que han quedado impunes.


Sobre esta infinidad de casos luctuosos, muy bien sinteriza el periodista Roberto Cortijo, diciendo, que “¡Las Fosas Comunes son una Herida Abierta en el Perú!" Y muchos de ellos, tal vez nunca saldrán a la luz.


En conclusión, por estas razones, defiendo el reconocimiento de Justo Arizapana Vicente. Personaje, a quién le han arrebatado la autoría del descubrimiento de las fosas de los restos del caso cantuta, le privaron de su seguridad física y psicológica porque hasta la actualidad vive con ciertas conductas paranoias. Asimismo, ningún organismo del Estado le ha dado el debido reconocimiento por los servicios prestados, ninguna ONG pro derechos humanos se ha visto en el deber moral de reivindicarle; lo peor, ningún familiar de los deudos se le ha acercado a darle las gracias. Por tal motivo, es obligación del Estado peruano asumir ese compromiso moral y reivindicarle en los siguientes términos:

1.-Garantizarle el derecho a la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar, en concordancia con el Art. 2, inciso 1 de la Constitución Política del Perú y los acuerdos y convenios internacionales sobre esta materia suscritas por el Estado Peruano.
2.-Dictaminar un reconocimiento social a favor de Justo Arizapana Vicente, declarándole héroe de la democracia y defensor de los derechos humanos en el Perú por sus servicios prestados a la nación.


Este reconocimiento social y humanitario, se fundamenta, porque en nuestro país, aún no existe un código de normas que amparen la autoría al derecho de descubrimientos de violaciones de derechos humanos y revelación de secretos de ejecuciones extrajudiciales. Tal vez, ni siquiera se encuentra tipificado en este mundo moderno y globalizado. Es verdad, que para su regulación sería compleja, aguda y controvertible; pero, hay que avanzar en este campo para que no sucedan casos como el de Justo Arizapana y otros humildes personajes olvidados que solo tienen que contemplar ajenos del usufructuó y aprovechamiento de sus descubrimientos.

Finalmente, es necesario que en estos tiempos de modernidad, nuestro país tiene que ponerse a las alturas de las circunstancias para mejorar, modernizar y ampliar la protección y el amparo del derecho de autoría en todos los niveles de la vida; no solo proteger invenciones y patentes de orden económico para el monopolio de productos y servicios. Sino también, amparar y proteger autorías en casos de violación de derechos humanos. Asimismo, las nuevas tecnologías de la información y del conocimiento nos obligan a reestructurar y modificar normas y procedimientos para proteger derechos de autoría en materia informática y del ciberespacio, que hoy crecen vertiginosamente. Y de esta manera, luchar contra la informalidad, la piratería y el contrabando de derechos de autor y derechos conexos que tanto malestar y daño provocan a nuestra población y a sus verdaderos autores.
ALFREDO CHAVEZ OLIVERA

miércoles, 8 de julio de 2009

"ABENCIAMANIA" Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN LA ERA DEL CONOCIMIENTO


En estos últimos días del mes de julio, el país entero se ha visto paralizado en torno al asesinato de la cantante folklórica Alicia Delgado. Inmovilización mediática de magnitud nacional tan solo comparado con el caso del homicidio del empresario Luis Banchero Rossi, ocurrido en los años 70; y del mismo modo, algo similar al sucedido con el suicidio de la animadora Mónica Santa María del programa de televisión “Nubeluz", en los años 90.

Este hecho luctuoso es un caso sui géneris para la prensa nacional y la opinión publica peruana; por tanto, requiere un análisis exhaustivo para mejor comprensión del fenómeno y de este caso mediático; que hoy en día, nos tiene absorto, pasmado y distraído a miles de peruanos ansiosos en buscar la verdad. Materia en cuestión enturbiada de sangre, morbo y placer masoquista de carácter eminentemente colectivo, bautizado con el nombre de “Abenciamania”.

La verdad, es que este caso, es muy rico y variado para su estudio en materia antropológica, sociológica, sicológica y jurídica, entre otras materias afines. De mi parte, iniciaré un análisis somero sobre la base de algunas percepciones y experiencias personales enfocadas sobre todo desde el punto de vista de la sicología social.

Para nadie es extraño, que desde sus orígenes en el Perú, el papel de los medios masivos de comunicación social, llámese, radio, televisión, prensa y teatro hasta los años 70, solo se limitaban a informar y difundir principalmente temas sobre las costumbres y estilos de vida de los sectores altos de nuestra población. Las páginas policiales, las protestas populares y el fútbol implicaban a los sectores pobres y excluidos de nuestro país. Es decir, eran considerados “los malos de la película”. Es así, que en el cine y la televisión los papeles secundarios y domésticos eran exclusividad de los “cholos” y mestizos y gente de color. Paradójico y contradictorio, siendo las dos primeras, mayorías nacionales por esencia en este país multinacional y pluricultural, con un 45 % y 37 % respectivamente.

Hoy en día, esta realidad ha cambiado profundamente. Los sectores emergentes de las capas bajas y medias y los provincianos han surgido. Sus estilos de vida, costumbres y tradiciones se han puesto de moda, como, sus éxitos empresariales, su gastronomía y su música. En la actualidad, las primeras planas de los medios incluido el internet dirijen sus miradas a estos sectores emergentes y emprendedores; pero, sus triunfos y fracasos son utilizados y enajenados por los grupos de poder mediáticos. No por mera complacencia y apertura a la igualdad de oportunidades; sino, por que la cultura de estos sectores excluidos y mayoritarios, son productos de bien para la oferta y demanda. Son mercancías puestas en valor y de marketing. Por tanto, tienden a cosificarlas y sobreponerlas en venta al mejor postor cueste lo que cueste por encima de la dignidad humana. El morbo, la sangre y el placer han desplazado a los principales valores humanos, como en este caso, el amor al prójimo, el aprecio a la vida, el respeto al derecho de los demás y la solidaridad. Principios morales que han sido reemplazados por la omnipresencia del libre mercado.

Nuestra burguesía nacional y la aristocracia peruana siempre vivieron a espaldas de nuestra realidad y navegaron en los asteroides por la eternidad. Triste realidad, solo despertaron de su sueño hipnótico, cuando la gran interprete nacional “Flor Pucarina” falleció y a su féretro acompañaron miles y miles de seguidores cantando y llorando a mares, fueron los años 70. Hecho histórico, que desnudo la miopía y el sectarismo excluyente de esta casta social. En seguida, por los años 90 remeció otro hecho multinacional, el fallecimiento de Lorenzo Palacios Quispe, “Chacalón”. Símbolo de los pobres y de los barrios marginales. Y Finalmente. Hace muy poco, el suceso trágico del grupo “Nectar” sello victorioso la consolidación del género musical de la cumbia peruana, ritmo de masas promovida por grupos emergentes de este nuevo Perú en marcha. Hoy en franca revalorización de nuestra cultura milenaria y ancestral, despojado por los conquistadores y el virreinato, y marginadas en la etapa de la república hasta la actualidad.

Asimismo, hoy en día, la desnaturalización del ser humano se ha profundizado sin límites y parámetros, la competencia desleal y las limitadas oportunidades de desarrollo personal han arrastrado a miles de individuos a la exclusión social y la marginalidad. Cruel vida de miseria mental, de alineación social, de arribismo desenfrenado y psicopatía, son productos de barbarie de la civilización contemporánea, hoy llamado globalización mundial.

Para vivir con dignidad y éxito, los individuos del presente y del futuro tienen que realizar esfuerzos descomunales, acciones infrahumanas y conductas anti solidarias a fin de lograr su desarrollo personal e insertarse a la economía de libre mercado. Estas son las reglas de juego para estar al ritmo de la modernidad, sinuoso camino para reivindicación de inmensas poblaciones vulnerables. Si son pocos los que llegan a la meta y coronan sus aspiraciones personales, debe ser mejor - porque para unos cuantos, sera el reino terrenal.

En este universo unipolar, todos somos parte de este juego sinuoso, nuestra propia sangre puede llegar a ser tu competencia desleal, tu rival, tu sombra; por tal razón, tienes que neutralizarlo o eliminarlo. Porque frente a este reto se tiene que superponer la Ley del más fuerte, del avezado, del “muy vivo”, confabulación de trampas y estrategias maquivélicas de vida para la sobrevivencia.

No entraré en mayores detalles, para opinar que si la malograda artista folklórico Alicia Delgado y la presunta homicida intelectual Abencia Meza, fueron o no buenas intérpretes y cantantes de su género. Si se preocuparon por mejorar la calidad de nuestra música vernacular o simplemente se aprovecharon del arte popular, hoy puesta en moda. Si hicieron algo para su verdadera profesionalización o meramente fueron remedo de una farándula extraviada en su laberinto de rating y la publicidad. Pero, si puedo afirmar con mucha seguridad, que estos personajes controvertidos se convirtieron en símbolos de cientos y miles de peruanos excluidos y marginados. Este inmenso sector de nuestra población vio en ellas reflejada sus vidas, sus triunfos y fracasos, sus penas y sufrimientos y siguen siendo válvulas de escape de corte coyuntural de su triste realidad social. Hoy muy bien manipuladas por los medios de comunicación y por el propio gobierno central.

¡Descansa en paz Alicia Delgado¡ tal ves algún día los miles de tus seguidores que hoy lloran tu muerte, en el futuro busquen salidas más apropiadas para la revaloracíon de nuestro folklore frente a esta arremetida desenfrenada de la globalización mundial y promuevan con responsabilidad la practica activa y permanente de la música del pueblo. Por cierto, encuadrada dentro de un marco de políticas culturales de nivel local y regional respetando nuestra identidad cultural y su variada diversidad, inclusive de tu propia opción sexual que muy ingenuamente encubriste. ¡Descansa en paz para gozo y gloria de miles de excluidos¡

Alfredo Chávez Olivera