sábado, 26 de septiembre de 2009

Chacalón Vive en el Corazón del Pueblo y se Fermenta en el Alma de los Jóvenes Excluidos


En la actualidad, las discrepancias y controversias sobre el origen de la cumbia peruana van tomando forma y consenso para su esclarecimiento y mejor comprensión sobre este ritmo de masas. Los estudiosos de este género coinciden en señalar que su probable origen se remonta a los años 60 del siglo XX. Fueron las bandas de músicos que interpretaban huaynos, entre ellos: “Los Demonios del Mantaro” y “Los Demonios de Corocochay”; quienes interpretaron el tema histórico, llamado la “Chichera”, fusión de cumbia colombiana con el huayno andino y matizado timoratamente con el mambo caribeño, fueron la esencia de su aporte musical.


Por consiguiente, es incuestionable declararlo como la madre de todas las variantes de la cumbia peruana (cumbia costeña, cumbia norteña, cumbia sureña, cumbia amazónica, tecno cumbia. chicha, otros). Fuente inagotable de inspiración enraizado en el alma de miles de peruanos y diseminado en casi todos los países de Latinoamérica. En primer momento, rechazado, despreciado, marginado, satanizado y excluido por las “clases altas” de nuestra sociedad por su extracción popular y origen provinciano y; luego, más tarde convertido en ritmo de masas de trascendencia nacional.

Este novedoso ritmo, a fines de los años 60 sufre serias modificaciones en su estructura rítmica y sonora, y en su composición y esquema organizativo. Es decir, que ya no eran las bandas orquestadas de huayno los que interpretaban estos temas; sino, eran grupos de estilo rockero y nuevaolero los que se atrevieron a incursionar en este nuevo género musical. Es así, como la guitarra eléctrica se convirtió en motor que marcó el compás del floreciente ritmo. Versión musical que fascino principalmente a los jóvenes de sectores urbanos marginales de Lima y otras ciudades de nuestro País. Entre los máximos exponentes, se pueden nombrar, principalmente, a “Los Destellos” de Enrique Delgado Montes, a “Juaneco y su Combo”, a “Manzanita y su Conjunto”, a “Los Diablos Rojos” y a “Los Mirlos”, entre los más destacados.

Fue el ingenioso músico Enrique Delgado Montes, quién jugó un papel protagónico en la transformación de este nuevo genero tropical. Asimismo, se impuso con un sonido muy peculiar en la primera guitarra, con su creación e inspiración de cientos de composiciones muy bien interpretadas, con su inagotable producción y talento musical. A la par, incorporo otros ritmos, como, la cumbia colombiana, el rock, el huayno, el folklore, la guaracha, el vals, entre otros y posesiono este nuevo ritmo emergente en el mercado nacional. Por lo cuál, con justa razón, él le llamó a este nuevo fenómeno: “Cumbia peruana”. Y así, tomar distancia con otros músicos de su época que venían generando otras variantes de este mismo género tropical suburbano, específicamente de corte más andino, llamado más tarde, despectivamente “Chicha”.

La “Chicha” como nueva variante de la cumbia peruana, tuvo sus propios Interpretes y músicos; quienes en un nuevo escenario llamados pueblos jóvenes y/o zonas urbano marginales, antiguamente, llamados barriadas se asentaron y forjaron. En estos cinturones de la miseria por los años 74 iniciaron su despegue y promoción, entre las más importantes agrupaciones nombraremos a los siguientes: “Grupo celeste”, “Grupo Guinda”, “Los Ecos”, “Los Ilusionistas”, entre otros. El primero, cuna musical de Lorenzo Palacios Quispe; quién más tarde, por los años 75 formara su propio grupo: “Chacalon y la Nueva Crema”.

Como no podría ser de otra manera, este fenómeno musical nace en nuestro país como expresión y producto del proceso migratorio y del desarrollo social suburbano, y se aúna al crecimiento explosivo de la ciudad de Lima. Estos nuevos espacios territoriales ocupados violentamente sirvieron como habitad para la sobrevivencia de miles de peruanos pobres principalmente de procedencia andina y fue cuna de implante de una rica y variada manifestación sociocultural.

Para tener una idea sobre este desplazamiento social cuasi forzado, solo basta revisar someramente algunos datos demográficos de la ciudad de Lima. En el año 1940 ya contaba con una población de 661,508 habitantes y en el año 1972 se multiplicó a 3’418,545 habitantes, con una tasa de crecimiento de 5.5 % anual. A consecuencia de este acelerado crecimiento ya se había creado en el año 1920 el distrito de La Victoria y en seguida en forma progresiva se inició la ocupación masiva del los cerros colindantes del ex fundo El Agustino; para más tarde por el año 60, crear otro distrito con ese mismo nombre. Es así como se fueron conformando, las primeras barriadas limeñas con una población constituida principalmente por migrantes y con grandes necesidades básicas de primer orden: agua y desagüe, luz eléctrica, servicios de salud, educación, entre otros.


Es como así, dentro de estas condiciones materiales de subsistencia, en esta incesante búsqueda de oportunidades para el empleo y el mejoramiento de su medio de vida. Los migrantes inician un proceso dinámico de interculturización para transformar su nuevo habitad y superar el hambre y la miseria. Frente a este violento desarraigo y éxodo de miles de personas, necesariamente, tuvieron que modificar sus sistemas y estilos de vida de corte campesino para dar paso a otro suburbano. Es en este incesante choque de contradicciones e intercambios culturales, es que se germina una nueva cultura de sobrevivencia, llamada suburbana.


En este submundo de exclusiones tan complicados y contradictorios, es ahí donde surge una variada mixtura de expresiones artísticas y culturales en su permanente búsqueda de identidad local. Diversidad cultural interactiva asociado a nuevos problemas sociales; Pero, que muy a pesar de estas contradicciones se vigorizó permanentemente por la solidaridad de su gente, por la fuerza espiritual pujante y progresista de sus pobladores. Condiciones subjetivas que sirvieron como instrumentos de transformación y cambio de estos espacios invadidos en prósperos y distritos emergentes, llamados en primer momento, despectivamente “conos”.

Dentro de esta realidad sociocultural nace la otra versión de la cumbia peruana, la “chicha”. Fenómeno que se origina como ritmo de masas excluidas y se enseñorea fusionando vivencias y sentimientos andinos con un sinfín de nuevas experiencias y emociones suburbanas. Esta nueva variante musical se convierte principalmente en refugio de soledades, sufrimientos, triunfos y victorias. En otros casos, en expresión melancólica de frustraciones colectivas y vidas marginales; manera muy peculiar de entender las cosas del “faite”, del “achorado” y del nuevo lumpen social. Así nace “Chacalon y la Nueva Crema” y se inmortaliza en los “cerros”. Porque es a él, a quién le toca encarnar el alma de los desposeídos y los marginados de la ciudad. Sus letras y canciones sintetizan las penas y sufrimientos de los excluidos; en fin, sus melodías se convierten en himnos de la miseria y la pobreza. Válvulas de escape de mil tormentos, entre sus principales temas, podemos citar: “Cruz Marcada” “Mi Dolor” “Soy Provinciano”, entre otros, todos encuadrados dentro de la misma temática social.


La vigencia del legendario “Papá Chacalón” fue sostenida en el tiempo por más de 20 años consecutivos. El modo de vida de los pobres de la ciudad y l@s jóvenes excluidos, fueron su fuente de inspiración. Sus penas y sufrimientos se hicieron canción en su voz. Voces de una Lima provinciana negada tantas veces y despreciado por las "clases altas" y los medios de comunicación social. Hoy tratan de darle el reconocimiento en el epitafio de su tumba, parodia comercial en este nuevo Perú emergente.


En el lado norte de la ciudad de Lima, paralelamente, en las pedregosas “pampas de Comas” se iba forjando un nuevo pueblo también por migrantes invasores venidos de diferentes regiones del Perú. Nace así, por los años 60 el populoso Distrito de Comas. Y para no quedar exceptuado dentro de esta corriente de ocupación territorial, necesariamente, tenía que encuadrarse dentro de este proceso espontaneo de desarrollo social y ser parte de la cultura suburbana en crecimiento. Para más tarde, gracias al esfuerzo colectivo de su gente conjuntamente con Villa El Salvador convertirse en paradigmas de desarrollo social, de progreso y modernidad en la ciudad de Lima, muy a pesar de sus grandes problemas.


En el año 2000, el programa “Mi jato” aplicó una encuesta a 90 adolescentes y jóvenes integrantes de “pandillas”. Una de las preguntas, fue: ¿Quién es tu artista preferido en el género musical? De todas las respuestas múltiples, se pudo evidenciar que un 38.7 % consideró como artista favorito a “Chacalon”. Respuesta que nos pareció básico, porque estos jóvenes nunca vieron tocar a “Chacalon” en vida; pero lo más curioso, es que muchos de ellos se identificaban con su música, con sus letras, con sus canciones. Por lo cuál derivamos, que este personaje legendario a pesar de estar muerto, estaba vivo y presente en el corazón del pueblo y se fermentaba en el alma de las nuevas generaciones de excluidos de nuestra ciudad. Trasmisión cultural suburbana incólume en nuestro medio.


Después de 10 años de aplicado esa encuesta, volvimos a realizamos esta vez, un Focus group con 10 adolescentes (Setiembre 2009). El objetivo de esta sesión grupal fue revalidar la vigencia de la “Chicha” en los jóvenes de Comas. La pregunta fue la misma ¿Quién es tu artista preferido en el género musical? Y agregamos otra ¿Qué sientes al escuchar a este artista? 70 % nos respondió “Toño y su Grupo Centella”, el 50 % nos mencionó el reggaetón y el 20 prefirió al “Grupo 5 y otros”. El primero de ellos, es un cantante de “chicha” pero con marcada influencia “chacalonera”. Este artista viene afiebrando a miles de adolescentes y jóvenes, principalmente de sectores sumergidos en extrema pobreza y los más excluidos y marginados de Lima Norte. Hoy en día, no hay moto taxi, “combi” y rincones de los barrios que no escuchen la música de este artista de moda. Además, las agrupaciones de “pandillas” lo tienen como emblema musical y en sus aniversarios lo celebran conjuntamente con su grupo sonoro; y además, comparte sus canciones, melodías y sentimientos en el llano. Muchos de estos adolescentes en sus presentaciones, cantan, lloran, beben, se pelean, se cortan las venas y se agreden mutuamente para liberar sus supuestas tensiones, rivalidades y frustraciones colectivas.


Y en referencia a la segunda pregunta, nos respondieron manifestando: “Que con la música de Toño y Centella, sentimos que desfogamos muestras penas y sufrimientos, sus letras de sus canciones hablan del pueblo y nos hacen llorar” - ¡Nos llega al “bobo”¡ ¡Toño, es un cantante de la Con…Su Ma…¡ sentenciaron. Estas fueron sus principales respuestas.


Indudablemente, que toda este cúmulo de vivencias disipadas de los adolescentes y jóvenes van acompañados de licor y violencia. Entonces, nos preguntamos: ¿Estaremos frente a un nuevo fenómeno musical o a una simple caricatura de la vigencia chacalonera? Lo que si podemos apreciar, es que la “chicha” sigue enraizado y presente en las diferentes zonas de Lima y el Callao. Por ejemplo: En Lima Norte, “Toño y su grupo Centella” encarnan al faraón de la cumbia peruana; en Lima Oeste, “Los Amantes de la Cumbia” y “La Ley de la Cumbia” cumplen ese mismo papel; en Lima Sur, “Los Nenes de la Cumbia” perennizan ese ritmo musical; en la Carretera Central, “Sombra Azul” y “Pascualillo” trasmiten esos mismos sentimientos y; en el Callao, el “Grupo Mantaro” se esfuerza por posesionarse con este genero suburbano. En conclusión, son los nuevos chacalones en sus respectivas zonas; talvez, no con la misma contundencia y aceptación como “Papá Chacalón”, pero si, le inyectan su vigencia a esta variante de la cumbia peruana hasta que la historia los depare y los adolescentes y jóvenes excluidos se sigan identificando con este genero musical.


Alfredo Chávez Olivera



Fuentes electrónicas discográficas:


1. La Chichera, “Los Demonios del Mantaro” , Carlos Baquerizo Castro, 1960
http://www.youtube.com/watch?v=zs8k--oSfl4

2. La Chichera, “Los Demonios de Corocochay”, 1966
http://www.youtube.com/watch?v=_fqjcoNEYQI

3. Elsa, “Los Destellos”, Enrique Delgado Montes
http://www.youtube.com/watch?v=4gSIhd2lJkY


4. Arre Caballito, “Manzanita y su Conjunto”, Berardo Hernandez Sabu)
http://www.youtube.com/watch?v=dLhNb3NWNdw

5. Ya se ha Muerto mi Abuelo, “Juaneco y su Combo”
http://www.youtube.com/watch?v=Rtm07DLsMaM

6. Pedacito de mi vida, “Los Diablos Rojos”, Marino Valencia
http://www.youtube.com/watch?v=Ansys_-hYTA

7. La Danza de los Mirlos, “Los Mirlos”, Segundo Rodríguez Grández
http://www.youtube.com/watch?v=_MLPCDyqIWc

8. Viento, “Grupo Celeste”, Victor Casahuamán,
http://www.youtube.com/watch?v=SSMVBvePkM4

9. Barrio Viejo, “Grupo Guinda”, Carlos Morales
http://www.youtube.com/watch?v=qddaGdFSFAs

10. Adiós Amor Adiós, “Los Ecos”, Edilberto Cuestas
http://www.youtube.com/watch?v=ep1-tW41sa0

11. Colegiala, “Los Ilusionistas”, Walter León
http://www.youtube.com/watch?v=y0UzQfb6GOU

12. Mi Dolor, “Chacalón y la Nueva Crema”
http://www.youtube.com/watch?v=G2A3tLh2hRg

13. Donde Estas Amor, “Toño y su Grupo Centella”
http://www.youtube.com/watch?v=aSqYmZ4cy9o

lunes, 14 de septiembre de 2009

DINAMICA DE LAS “BARRAS BRAVAS” EN LOS DISTRITOS DE LIMA NORTE


Los estudiosos del fenómeno de las llamadas “barras bravas” en el mundo, coinciden en señalar que su origen se remonta a los años 60 en Argentina. Es en este país latinoamericano donde aparece por primera vez, las primeras agrupaciones de esta naturaleza, llamadas “barras fuertes”. Denominación que se derivó por el exaltado comportamiento de hinchas y simpatizantes en los estadios de futbol profesional del país en mención. Este fenómeno se ha diversificado en casi en todos los países de América y Europa, pero, con ciertas particularidades en cada uno de ellos. De acuerdo al lugar de origen tienen diferentes denominaciones, como, “barras bravas”, “torcida”, “Hooligans” o “Ultras”. Agrupaciones principalmente conformado por jóvenes de origen suburbano.

El Perú, también no es ajeno a este fenómeno mundial, su origen, fortalecimiento, avanzada y dinámica de estas agrupaciones violentas tienen como columnas de sostenimiento y movilización a las principales “pandillas” de barrio de los distritos urbano marginales de Lima y las principales ciudades del Perú. Su avance vertiginoso se acelera en los años 90 provocando profundo malestar e inseguridad en nuestra comunidad.

En este proceso de avance y aceleración de las “barras bravas”, cada día se hace más evidente su consolidación en nuestro país. Por un lado, se fortifica su reforzamiento orgánico y; por otro lado, se dosifica de componentes psicológicos. Factores complementarios entre sí, que contribuyen a canalizar la exaltación y conducción de estas masas amorfas que promueven violencia, destrucción y muerte entre los enardecidos “tribuneros”.

En el Perú hay una serie de estudios al respecto. En verdad, no quisiera redundar sobre lo investigado; sino más bien, complementar con otros análisis, específicamente referente a la interacción dinámica de las “barras bravas” en los distritos de Lima Norte, sus sistemas de organización, su composición social y su dirección de movilización de masas juveniles.

Este reforzamiento orgánico de las “barras bravas” en Lima Norte, se inició por el año 98 con el desplazamiento masivo de integrantes de “pandillas” de barrio a las “barras bravas” de sus respectivos distritos. Este desplazamiento se incrementó con mayor notoriedad en el año 2002. Particularidad objetiva a lo que denominó el programa “Mi Jato”, la sustitución de la identidad barrial por la identidad deportiva. Es decir, por esos años se generó un cambio de identidad de referencia barrial por otra de mayor envergadura de referencia distrital o interdistrital.

Esta renovación de identidad, se dio, principalmente, porque muchas agrupaciones de “pandillas” de barrio corrían la suerte de extinguirse y peligraban su existencia. Para los nuevos integrantes y nuevas generaciones, ya no eran tan atractivos, defender sus territorios barriales; sino colores y símbolos deportivos de nivel nacional. Por tanto, se vieron obligados a “empatarse” con otras “pandillas” de barrio, reforzar sus líderes para el “batuteo” con mayor eficacia y dosificarles de componentes psicológicos para una fuerte adhesión y mayor énfasis en los enfrentamientos callejeros.

El principal objetivo de este reordenamiento estructural y subjetivo, era el control absoluto territorial de alcance zonal, distrital o interdistrital. Paralelamente, gracias a esta nueva estrategia orgánica e ideológica se dieron el nacimiento de “barras bravas” más compactas y más poderosas. Con este nuevo modelo de acción de masas, se iniciaron las llamadas “caminatas” por las principales avenidas (Av. Túpac Amaru, Av. Universitaria, Panamericana Norte, otros). Evento juvenil, que no es más que otra cosa, las marchas vandálicas con enfrentamientos entre rivales y el arrasamiento de propiedades a su paso desde sus distritos de origen con dirección a los estadios de futbol (Matute. Monumental “U” y San Martín de Porres) para terminar en un inmenso mar de multitudes frenéticas y “tribuneros” del Comando Sur, Trinchera Norte y Extremo Celeste, entre los principales. Respuesta social de masas amorfas y excluidas que buscan reconocimiento e inclusión en nuestra sociedad y en donde las formas institucionales tradicionales (familia, escuela y el barrio) están en una profunda crisis o abierta descomposición social.

La mejor evidencia de esta nueva dinámica de organización, de desplazamiento y de movilización juvenil de masas, es la exportación de pintas y símbolos de las “barras bravas” (graffitis) de los barrios a otros contextos territoriales. En primer momento, se dieron a nivel interbarrial; luego, se trasladaron a nivel interdistrital. Hoy en día, se puede apreciar pintas de “barras Bravas” de Comas y los Olivos, en las calles de los distritos del Rímac, Breña, La Victoria, Lima Centro, entre otros. Una especie de exportación de “marca” barrial, para hacer sentir su presencia, su audacia y su supremacía ante sus eternos rivales y; por consiguiente, dejar sentado sus sellos y huellas grupales, como quién diciendo, “que nosotros nos hemos paseado por sus territorios”.

En Lima Norte, existen “Barras bravas” con más de 15 años de fundación, entre ellos, citaremos a las más conocidas: La calle (AL) y la Bulla (U) que interactúan en los distritos de San Martín y Los Olivos; Los Pistacos (AL) que se moviliza por los distritos de San Martín y Comas; los Hooligans (AL) conformado por integrantes de los distritos de Comas y Carabayllo; el BUN (U) que esta enraizado en los distritos de Comas y Carabayllo;. Cvstodia (U) que tiene dominios en el distrito de Independencia, en fin otros más. Sobre la base de esta situación, se puede deducir que las “barras bravas” de las zonas urbano marginales están conformados mayoritariamente por las “pandillas” de barrio. Estas son sus bases para su vigencia orgánica. Por tanto, se convierten en instrumentos efectivos de organización y de mayor impacto de la violencia callejera, fenómeno juvenil, hoy convertido en uno de los principales problemas del país.

Asimismo, estas “barras bravas” aludidas lo conforman por lo menos una veintena de “pandillas” de barrio cada una de ellos y están distribuidas estratégicamente en los principales zonas de estos distritos con la intención de ganar territorios a su causa deportiva y pretender la rendición total de sus rivales eternos a fin de consolidar la supremacía distrital o interdistrital: Si es posible, disputar la hegemonía a punta de arma blanca y de fuego, so pretexto de defender sentimientos deportivos, el honor de banderolas (trapos), camisetas y otros objetos sagrados de honra y gloria.

De otro lado, sobre la dosificación de componentes ideológicos y psicológicos en las “barras bravas” se vienen promoviendo desde un buen tiempo atrás, lemas y consignas relacionados al heroísmo vandálico que son socializados entre los barristas. El culto a los símbolos y colores deportivos tienen mayor importancia que el de su propia familia, la defensa del honor, el desprecio al rival, el juego con la muerte y el culto a la destrucción son sus nuevos valores. En conclusión, es un deber de todo barrista, asumir sin discrepancias estos componentes ideológicos y ponerlos a práctica en sus “guerreos” callejeros.

Los mensajes y consignas que promocionan estas agrupaciones son muy variados, existen, desde cantos y loas a la exacerbación, pasión y muerte hasta sentimientos poéticos muy bien subliminados, entre ellos, he podido extraer del ciberespacio los siguientes: ¡¡¡Mas que vn sentimiento…la vida¡¡¡; Mvchos nos vieron nacer, pero nadie no vera morir; Solo vivo para amarte y moriré por alentarte; ¡¡Contigo a todos lados, desde el cielo hasta el infierno¡¡; ¡¡¡Si el cielo fuera blanquiazul, gustoso contigo me iría al cielo¡¡¡; ¡¡Si por amarte me llaman pandillero, me moriré siendo un delincuente¡¡ En la actualidad, también se vienen posesionando en este espacio virtual principalmente sus libros de visitas (guestbook) y paginas web. Medios de propaganda, muy bien construidos, en donde relatan sus acciones vandálicas, sus hazañas épicas, muestran sus trofeos de guerra (trapos, polos, zapatillas, otros) pero lo más aberrante están saturados de mensajes perversos, delictivos y antisociales buscando notoriedad y falso reconocimiento social negados en esta jungla de cemento, llamado ciudad.

Otro elemento a tener en cuenta, es que muchos adolescentes y jóvenes barristas, siempre justifican, diciendo que: “Alianza Lima, la U ó el S. Cristal son su familia”. Es innegable, que al interior de esas agrupaciones se conjugan emociones, pasiones y sentimientos profundos. El “amor” y la “devoción” para con sus colores son más fuertes que los lazos familiares. Este nuevo referente social, le provee de símbolos, colores, banderas e ídolos y hay que defenderlo a toda costa, hasta con la propia vida. Asimismo, le ofrenda himnos, canticos, alabanzas, mensajes y otros mecanismos de exacerbación del alma para la batalla y el “guerreo”. Este vinculo afectivo, para muchos de sus miembros se convierten en principal motivo de su existencia. Una especie de cuasi fanatismo en ciernes. Por lo mismo, que esta falsa percepción de la familia se convierte en un elemento peligroso para muchos de sus integrantes. Crisis y desintegración familiar que es muy bien aprovechado por estas agrupaciones, por su aparente cohesión de ideales y por el refugio emocional que les brinda, sustitución efímera que la familia y la sociedad no les pueden facilitar oportunamente.

Lo más grave de esta situación, es que los mismos clubes profesionales del alicaído futbol peruano, algunos malos dirigentes y la elite de estas “barras bravas” son “cómplices” del descontrol y vandalismo de los barristas, Estos promocionan el regalo de entradas de cortesía a los principales cabecillas que conducen las “barras bravas” de los principales barrios de Lima Metropolitana con la finalidad de manipularlos a sus intereses particulares. En muchos casos, esto se da con el afán de defender y fortalecer la conducción de sus periodos cuestionados y legitimarse en el poder. En fin, el interés personal y de camarilla se sobreponen sobre la eficacia y eficiencia de gestión, administración y conducción de sus respectivos clubes como exige estos tiempos de modernización y alta competencia. Romper con la mediocridad y la cultura “perdedora”, deben ser prioridades de todo dirigente para sacar adelante el futbol profesional.

El programa “Mi Jato” en su primer registro de agrupaciones juveniles en situación de riesgo y exclusión social realizado en el año 99, detectó una característica sui generéis, la cuál lo denominamos: La triple identidad; es decir que un mismo adolescente y/o joven era integrante al mismo tiempo, de una mancha escolar, de una “pandilla” de barrio y de una “barra brava” (1). Hoy esta situación, todavía sigue vigente con algunos miembros activos de estas agrupaciones. Sobre esta particular característica, deducimos que nos había encontrado frente a una aparente búsqueda confusa de identidad en muchos jóvenes para afirmar su referente y pertenencia grupal.

En conclusión, frente a este caso, pudimos inferir, que las manchas escolares vendrían hacer para algunos adolescentes y jóvenes, el primer referente grupal de nivel primario y las “pandillas” de barrio y “barras bravas” referentes secundarios y de mayor complejidad. Sobre este último, el chileno Andrés Recasens, año 1999, identificó con suma claridad, tres tipos de personas según sus comportamientos en los estadios: Los espectadores, los hinchas y los barristas. La práctica ha demostrado que en el Perú, las “barras bravas” se movilizan dentro y fuera de los estadios con ciertos patrones de conducta cuasi fundamentalistas, revestidos de mitos deportivos y glorificación de colores expresando un compulsivo fanatismo y vandalismo desenfrenado en las calles y los recintos de futbol.

Finalmente, para concluir con este breve análisis, quisiera manifestar añadiendo, que si bien es cierto, que la principal tarea para contrarrestar este fenómeno juvenil en incremento, es el fortalecimiento impecable de las familias en Perú y la implementación sostenida de políticas publicas preventivas. También es imprescindible, la modernización institucional de los clubes profesionales de futbol, la promoción deportiva de alta competencia para convertir a estas instituciones en verdaderas motores de triunfadores. Asimismo, es necesario implementar un plan de organización y funcionamiento de las “barras bravas” para el fortalecimiento de la cultura de paz y desarrollo de nuestras ciudades encuadrado dentro de un marco legal concertado y reglamentado en valores y derechos humanos para bienestar y seguridad de nuestro país, elementos necesarios para nuestro desarrollo integral.

Bibliografia:

(1) Alfredo Chávez & Walter Erazo “Pandillas”, Una Salida desde sus Voces, Fondo Editorial Comas, 110 pp, año 2000.

Fuentes electrónicas:

Pesce Aguirre, Jorge. Análisis actancial de las barras bravas en Chile: sus actos y comportamientos en el estadio. Revista Digital - Buenos Aires - Año 12 - N° 115 - Diciembre de 2007
(En línea)
http://www.efdeportes.com/efd115/analisis-actancial-de-las-barras-bravas-en-chile.htm
Fecha de consulta: 04 de setiembre de 2009.

Recasens Salvo, Andrés. (1999). Las Barras Bravas. Facultad Ciencias Sociales, Universidad de Chile.
(En línea)
http://www.facso.uchile.cl/publicaciones/biblioteca/docs/libros/barras.pdf
Fecha de consulta: 05 de setiembre de 2009.