En la segunda semana de septiembre de 2023, la ciudad de Recuay vivió un momento trascendental en su historia ante la comunidad internacional, nacional y local. Más de 30,000 personas participaron activamente en el programa cultural desarrollado durante los días festivos en honor al Señor de Burgos, celebrados del 12 al 17 de septiembre.
Esta festividad, originaria del tradicional Barrio de Abajo, con el paso del tiempo se ha consolidado como una de las principales celebraciones populares del pueblo de Recuay. Lo que alguna vez fue una comunidad marginada, olvidada y marcada por la migración de su población, ha dado un salto significativo hacia una nueva etapa: el inicio de una ruta orientada al progreso y desarrollo social.
“Los Negritos de Recuay”, las bandas de músicos, los mayordomos del Santísimo Señor de Burgos, los capitanes de las tardes taurinas, las promociones de exalumnos y la participación de artistas de talla internacional, nacional y local —como Amaranta, String Karma, Los Caribeños de Guadalupe, el Grupo Turbulencia, entre otras agrupaciones— sellaron el éxito de esta gran celebración.
El público asistente tuvo la posibilidad de elegir entre dos escenarios: la Plaza Mayor y la Plazuela de Burgos, donde pudo deleitarse con ritmos y melodías traídas desde distintos rincones del Perú, expresando un auténtico crisol de todas las sangres. Hermosas tunantadas, melodiosos huaynos, cumbia norteña y sureña, así como danzas y bailes costumbristas, se hicieron presentes en este espectacular evento cultural de talla internacional, que atrajo la atención tanto de locales como de visitantes.
El éxito del evento no habría sido posible sin el apoyo clave de las marcas auspiciadoras de calzado deportivo como Wolking, I-Run e I-Free, así como de los mayordomos y devotos del Señor de Burgos. Los primeros contribuyeron con la promoción del evento; los segundos, con su valiosa entrega, compromiso social e inversión económica.
Asimismo, cientos de asistentes provenientes de ciudades cercanas —como las provincias de Huaraz, Bolognesi, Huari, Aija y Ocros— se hicieron presentes, apostando por esta cruzada cultural en marcha, ignorando rumores malintencionados que intentaron desacreditar el evento como una “publicidad engañosa”.
Y como siempre, los recuainos y hijos de recuainos radicados en Lima y el extranjero acudieron con amor, orgullo y fidelidad a la tierra que los vio nacer, reafirmando su compromiso con las raíces y tradiciones de su pueblo.
¿Cómo fue posible que en un pueblo de apenas 5,000 habitantes llegaran a participar más de 30,000 personas en los distintos eventos culturales programados? Desde mi perspectiva, solo el 14 de septiembre, día central de la festividad, congregó a más de 10,000 personas. Si a esto sumamos la asistencia en la víspera y en las tres ferias taurinas, la cifra supera con creces esa cantidad.
Para algunos, esta extraordinaria convocatoria fue cuestión de fe y devoción; para otros, significó un reencuentro familiar y generacional. Y para los más intrépidos, fue una oportunidad de disfrute, relajación, alegría y, sobre todo, el deleite de escuchar en vivo a sus ídolos y artistas favoritos.
Gracias a este impecable esfuerzo cultural, Recuay ha sido finalmente colocado en el sitial que merece ante los ojos del mundo, como una ciudad generosa en historia, tradición y expresión artística. Hoy, sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que se ha iniciado una nueva etapa para Recuay, con un rumbo claro hacia su consolidación como destino turístico y cultural del departamento de Áncash.
Los fundamentos básicos que respaldan esta pretensión legítima de declarar a Recuay como Capital Cultural del Departamento de Áncash se sostienen en una serie de fortalezas y condiciones favorables para su institucionalización. A continuación, se detallan los principales argumentos:
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Recuay es milenario, con más de 1,800 años de historia cultural, avalada y reconocida por la arqueología científica como una de las civilizaciones más importantes del antiguo Perú andino.
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Recuay fue declarado Patrimonio Arquitectónico del Departamento de Áncash desde 1986, mediante la Resolución Ministerial N.º 796-86-ED del 30 de diciembre de ese año. Esta distinción exige, como paso siguiente, la implementación de una Ordenanza Municipal que oriente las nuevas edificaciones hacia el estilo arquitectónico colonial, para preservar su identidad y valor estético.
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El sitio arqueológico “Choquerecuay” – Pueblo Viejo, de origen inca, posee una importancia estratégica y patrimonial, y requiere con urgencia ser declarado Patrimonio Cultural de la Nación a fin de garantizar su restauración, conservación y puesta en valor.
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Las fiestas taurinas de Recuay y Ticapampa son reconocidas como las mejores de la región, tanto por su organización como por su tradición, y representan un activo cultural de alto valor turístico.
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La zona Ticapampa–Recuay es considerada por muchos como la cuna del Pisco Sour, ya que en sus antiguas cantinas se habría creado la mezcla perfecta del cóctel que hoy es símbolo nacional. Este hecho, más allá del debate histórico, aporta un elemento distintivo a la identidad local.
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Además de la emblemática danza de “Los Negritos de Recuay”, en toda la provincia existen más de veinte danzas folclóricas que merecen ser promovidas, preservadas y difundidas.
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Finalmente, se propone incluir la puesta en escena de la “Danza Milenaria de los Recuay”, inspirada en la iconografía cerámica y las prácticas rituales de nuestros antepasados, como expresión viva de la herencia cultural de uno de los pueblos originarios más antiguos del Perú.
Para lograr el objetivo estratégico de convertir a Recuay en la Capital Cultural del Departamento de Áncash, es imprescindible que el gobierno provincial asuma el liderazgo de este proceso durante el año 2024, preparando las condiciones objetivas necesarias para su gestión.
La ciudad de Recuay debe contar con una infraestructura hotelera adecuada y segura, así como habilitar casas de hospedaje y restaurantes apropiados. Espacios como el coliseo, el estadio y el teatro podrían adaptarse como alojamientos temporales. Igualmente, la modernización del mercado de abastos y la mejora en la atención al visitante son requisitos fundamentales.
El embellecimiento urbano, especialmente de la Plaza Mayor, la Plazuela de Burgos y el Parque Elmer Huerta, debe ser una prioridad. Del mismo modo, urge implementar la primera feria artesanal, gastronómica y agropecuaria en la alameda cultural del Jr. Palmira, recuperando su antiguo rol como punto de encuentro tradicional. Estas y otras acciones serán determinantes para garantizar el éxito del evento cultural, con la meta de albergar a 50,000 personas en 2024.
Uno de los emblemas de esta propuesta debe ser el uso de los GORROS RECUAY MILENARIO, símbolo cultural por excelencia, por su origen ancestral y conexión con la identidad del pueblo. En este proceso deben involucrarse activamente los tejedores locales y las instituciones educativas de la provincia, promoviendo su confección y comercialización. Como gesto de aprecio, todo visitante distinguido debería recibir un ejemplar. Asimismo, en los eventos oficiales, debe ofrecerse un brindis con Pisco Sour, el cóctel bandera del Perú, cuya mezcla perfecta se originó en esta tierra.
En los últimos cuatro años, Recuay ha venido transformándose en una ciudad en crecimiento. Aunque todavía no cuenta con una planificación urbana moderna, su desarrollo es acelerado, como lo demuestra el auge de viviendas de material noble en la Calle Boulevard, así como el crecimiento urbano en las 36 manzanas del casco urbano, el Barrio Uchipampa y la Avenida Bolívar, especialmente alrededor del Nuevo Hospital de Recuay, donde el valor del metro cuadrado ha alcanzado los S/. 600.00. También se observa una expansión sostenida en Uchipampa parte alta, a lo largo de la autopista Lima–Huaraz, con nuevas propiedades de hasta 4,000 m², así como en otros barrios y centros poblados cercanos.
Dentro de esta misma dinámica, se proyecta la ejecución del II Concurso de Murales/Graffitis, denominado “Museo Urbano Recuay Milenario”, previsto para octubre de 2023, una iniciativa promovida por la ONG Rikaq, que requiere del apoyo decidido de la Municipalidad Provincial de Recuay. Esta institución viene haciendo un esfuerzo sostenido para posicionar a Recuay como un destino turístico cultural de Áncash.
Por último, no puede perderse de vista la necesaria fiscalización de la Empresa Minera Lincuna S.A., que opera desde 2016 en las provincias de Aija y Recuay, y cuya tributación es limitada o nula para el desarrollo provincial. Esta empresa extrae más de 3,000 toneladas diarias de minerales, con proyecciones de alcanzar 5,000 y hasta 10,000 toneladas diarias para 2030. La provincia ya ha tenido experiencias negativas con empresas como “The Anglo French” y “Alianza S.A.”, que dejaron daños ambientales irreparables. Por ello, se debe exigir el cumplimiento del canon y regalías mineras, así como su compromiso con proyectos sociales, ecológicos y culturales, en coordinación con el gobierno local.
Convertir a Recuay en la Capital Cultural del Departamento de Áncash no es solo un anhelo: es una meta posible si todos los actores —autoridades, ciudadanos, instituciones y empresas— asumen su rol con responsabilidad y visión de futuro.
¡En nuestras manos está cumplir con este sueño!
Bach. Alfredo Chávez Olivera
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