Los Centros de Alto Rendimiento Deportivo (CARD) son instalaciones, públicas o privadas, diseñadas para brindar condiciones óptimas y adecuadas de entrenamiento y preparación a deportistas calificados de alto nivel. Estos centros emplean recursos técnico-científicos de máxima calidad con el fin de mejorar el desempeño competitivo a nivel nacional e internacional, así como para identificar, calificar y seleccionar nuevos talentos deportivos.
La ciudad de Recuay, ubicada a una altitud aproximada de 3,394 metros sobre el nivel del mar, presenta un clima templado y seco durante el día, y frío en las noches. La temperatura máxima promedio es de 19.5 °C, mientras que la mínima promedio ronda los 5 °C. Entre los meses de mayo y julio, se registran las típicas heladas y noches estrelladas. La provincia tiene una población aproximada de 20,363 habitantes (Censo 2017), y el distrito de Recuay cuenta con alrededor de 6,000 habitantes. Situada a 25 km de Huaraz, su ubicación y condiciones geográficas son ideales para la práctica deportiva, especialmente para carreras de medio fondo, como las de 800 y 1500 metros, y de fondo, que van desde los 3000 metros hasta la maratón. Además, estas condiciones favorecen disciplinas como las carreras con obstáculos y la marcha atlética, modalidad del atletismo que consiste en caminar lo más rápido posible sin correr.
Para la construcción de un Centro de Alto Rendimiento Deportivo (CARD) exclusivo para carreras de medio fondo, fondo y marcha atlética, se requieren, como mínimo, los siguientes espacios y recursos: instalaciones deportivas adecuadas; equipamiento deportivo de primer nivel; recursos humanos técnicos y pedagógicos especializados; residencia con habitaciones apropiadas, preferentemente cercana a las instalaciones deportivas y centros educativos; oficinas administrativas; equipo técnico deportivo; servicio médico especializado; así como departamentos científicos y de investigación destinados a optimizar los niveles de competencia deportiva, entre otros.
La sierra norte del Perú aún no cuenta con un Centro de Alto Rendimiento Deportivo especializado en las disciplinas de medio fondo, fondo y marcha atlética, deportes que están ganando reconocimiento a nivel latinoamericano y americano, motivo de orgullo para nuestro país. En contraste, en la sierra centro y sur del país, así como en la costa norte, ya existen infraestructuras deportivas para diversas disciplinas, tales como los CARD de Arequipa, Cusco, Huancayo, Chiclayo, Iquitos y Junín.
El Instituto Peruano del Deporte (IPD), organismo público autónomo y ente rector del Sistema Deportivo Nacional (SISDEN), es responsable de plasmar y difundir la política deportiva, recreativa y de educación física. Asimismo, organiza, planifica, coordina, evalúa, previene e investiga el desarrollo del deporte en todas sus disciplinas a nivel nacional. Sin embargo, hasta la fecha, el IPD no ha previsto promover el deporte de alta competencia en la sierra norte del Perú ni la captación de talentos en niños y adolescentes que poseen habilidades y potencial para la práctica deportiva en las disciplinas mencionadas.
Los deportistas que habitan en las zonas urbanas y rurales de la sierra del departamento de Áncash poseen un gran potencial físico y mental para destacar en estas disciplinas deportivas. Además, las estadísticas muestran que un alto porcentaje (80 %) de los deportistas que actualmente forman parte de los CARD provienen de niveles socioeconómicos D y E, ya que la mayoría son inscritos desde zonas rurales alejadas. Por ello, es fundamental descentralizar el deporte en todo el país, y la creación de un CARD en esta región del Perú beneficiaría a más de 600,000 habitantes. La ciudad de Recuay y sus centros poblados cuentan con condiciones propicias para la práctica y materialización de este proyecto.
Desde mi perspectiva, el lugar idóneo para establecer el CARD Recuay podría ser el centro poblado de Huancapampa, situado en la margen derecha del río Santa. Este espacio sería un centro de operaciones ideal para el entrenamiento deportivo de alto rendimiento, requiriendo únicamente la modernización y mejora del antiguo Qhapaq Ñan —camino construido por nuestros ancestros en la época preincaica— para las prácticas deportivas de alta competencia.
Para las carreras de medio fondo (800 y 1500 metros), se podría utilizar el tramo desde Huancapampa hasta el riachuelo de Oconan; para las carreras de fondo de 3000 a 5000 metros, el recorrido desde Huancapampa hasta el riachuelo de Compina en Ticapampa, ida y vuelta; y para distancias de 30,000 a 42,000 metros, desde Huancapampa hasta Catac, ida y vuelta. Estas rutas constituyen condiciones objetivas ideales para cumplir con este propósito deportivo.
Para materializar la creación del CARD Recuay, es imprescindible que el gobierno local, el FEDIR Recuay, los centros poblados, las organizaciones deportivas y la población organizada lideren el proyecto y gestionen su financiamiento ante el IPD, el gobierno regional, el gobierno central y cuenten con el compromiso y responsabilidad social de la empresa minera Lincuna S.A. Este compromiso es un deber moral debido a la destrucción ecológica que dicha empresa viene ocasionando en el lecho de la puna de Huancapeti, donde opera su planta concentradora. Actualmente, produce más de 3,000 toneladas métricas diarias de minerales, con proyecciones de aumentar a 5,000 toneladas a corto plazo y 10,000 toneladas antes del 2030.
La Compañía Minera Lincuna S.A. es una empresa de capitales peruanos dedicada a la exploración, explotación, tratamiento y comercialización de minerales metálicos. Está ubicada en la Cordillera Negra, entre los 3,800 y 4,400 msnm, en el departamento de Áncash. La mina se encuentra en el distrito de Aija y la planta de tratamiento en el distrito de Recuay. Inició sus operaciones a mediana escala en 2016, llegando a producir 3,000 toneladas diarias (TPD) en 2020. Este yacimiento contiene plata, plomo y zinc; además, produce concentrados de plomo con contenido de plata y concentrado de zinc. Según estudios geológicos, cuenta con 22 millones de toneladas de recursos, de los cuales 15 millones son reservas netas.
Según su política institucional, Minera Lincuna basa su gestión social en pilares que promueven un trabajo articulado basado en el diálogo con las comunidades vecinas, con el fin de establecer un desarrollo sostenible en el que ellas sean agentes de su propio crecimiento. Los principales ejes de sus proyectos de inversión social son:
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Responsabilidad social: Un compromiso respetuoso con las comunidades del área de influencia, reconociendo la cultura de cada una. Asimismo, busca establecer alianzas estratégicas con las comunidades para desarrollar proyectos sociales caracterizados por el respeto a la diversidad etnocultural.
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Gestión del agua y ambiental: Se prioriza el uso responsable y la reutilización del agua en sus procesos de exploración, explotación y tratamiento, especialmente en las plantas metalúrgicas. Aseguran que su planta concentradora opera con cero vertimientos y trabajan progresivamente para mejorar los sistemas de tratamiento de aguas industriales, cumpliendo con la normatividad vigente.
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Reforestación: Estrategia para conservar los suelos, minimizar impactos de agentes contaminantes, controlar la erosión, incrementar la disponibilidad de agua, mejorar la calidad del aire y recuperar ecosistemas.
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Control ambiental: Vigilancia eficiente sobre la generación de residuos sólidos, emisiones y vertimientos, con la participación activa de colaboradores que emiten reportes y toman acción ante eventos ambientales.
¿Alguna autoridad política, municipal, comunidad campesina o centro poblado de Recuay conoce qué es la MEIA (Modificación del Estudio de Impacto Ambiental)? La MEIA es un instrumento de gestión ambiental que, cuando se implementa correctamente, debería generar empleo, nuevos negocios y desarrollo local. Sin embargo, parece que las acciones de Lincuna son solo buenas intenciones y no cumplen efectivamente con las leyes y normativas ambientales establecidas por el Estado peruano, mostrando un distanciamiento con el desarrollo real y sostenible de la provincia.
Actualmente, ¿cuenta el pueblo de Recuay con agua potable de calidad para consumo humano? ¿Se ha mejorado la calidad del agua de las quebradas en las que opera la empresa minera, cabecera de cuenca? ¿Son ciertas las alianzas estratégicas con las comunidades para proyectos sociales y respeto a la diversidad etnocultural? ¿Existe algún informe, reporte o memoria anual que evidencie impactos positivos de Lincuna en el desarrollo de Recuay?
Solo con la participación organizada de los ciudadanos recuainos se podrá hacer respetar las leyes y derechos medioambientales. La participación activa es fundamental para mejorar el destino de nuestra provincia; no hay otro camino que la organización comunitaria. En este proceso, las áreas de influencia directa e indirecta de la minería juegan un rol fundamental. Todos conocemos las principales necesidades de Recuay: mejorar la calidad del agua potable, implementar sistemas de recolección y acopio de agua, desarrollar proyectos de riego tecnificado para una agricultura sostenible, y fortalecer la salud y educación públicas. La generación de empleo sostenible y la promoción de la cultura, recreación y deporte también son vitales para el desarrollo humano.
Las empresas mineras “The Anglo French” y Compañía Minera Alianza S.A. dejaron daños ambientales irreparables que aún afectan la zona. Asimismo, la empresa Barrick Perú – Mina Pierina (Jangas) cerró sus operaciones con un aporte mínimo al desarrollo de Áncash. Estas experiencias negativas se vinculan a la desidia y complicidad de algunas autoridades regionales y locales.
Nota: El centro poblado de Ayacayana tiene aprobado un acuerdo de bases para la construcción de una piscina olímpica temperada por parte de Minera Lincuna. No comparto esta idea por razones físicas, climáticas, biológicas, genéticas y antropológicas, que dificultarían la práctica de natación en Recuay. En cambio, las carreras de medio fondo y fondo están directamente relacionadas con el biotipo de los pobladores y las condiciones naturales de la zona, elementos fundamentales para lograr un alto rendimiento.
Cabe recordar que en los años 70, el Colegio Mixto Recuay (hoy Libertador San Martín) organizaba anualmente competencias de maratón de 10 kilómetros desde la Plaza de Recuay hasta Ticapampa ida y vuelta, destacando alumnos como Agustín Herrera Villanueva y David Palomino Chávez. En ciclismo, la ruta de 30 kilómetros desde la Plaza de Recuay hasta Catac ida y vuelta era recorrida por destacados ciclistas como Isidro Andrade Romero. En años recientes, los hermanos Castillo de Catac son considerados grandes maratonistas del departamento de Áncash.
Bach. Alfredo Chávez Olivera
(septiembre 2023)
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