lunes, 14 de octubre de 2024

“Textiles Camones, Una Experiencia Exitosa de Emprendimiento Económico en Perú ”

 

“DE RECUAY AL MUNDO: EL SALTO DEL EMPRENDIMIENTO PERUANO"
-Textiles Camones, Una Experiencia Exitosa-

Tras la lucha por la Independencia del Perú y la posterior Guerra del Pacífico (o Guerra del Salitre), el país quedó devastado, sumido en la pobreza y en un profundo desorden político y social. La diferencia esencial entre ambos conflictos radica en el ánimo con el que la población los afrontó: mientras que la independencia dejó una ilusión de victoria, aunque fuera parcial y costosa, la guerra contra el país vecino trajo consigo una amarga sensación de derrota y dolor prolongado.

A pesar de ello, no desapareció la élite económica ni la estructura social de carácter semifeudal y semicolonial. Esta continuó vigente durante más de cincuenta años, bajo el dominio de una oligarquía que consolidó la llamada república aristocrática, manteniéndose ajena a las necesidades del desarrollo social.

Entre 1895 y 1919, tres familias oligárquicas y sus veinticuatro allegados controlaron el poder económico y social del país. Nos referimos a los Prado, los Payán y los Ayulo, quienes dominaron instituciones clave como el Partido Civil, el Club Nacional, la Beneficencia Pública, el Congreso, las cátedras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, los principales bancos, los medios de prensa, la Cámara de Comercio y la Sociedad Nacional Agraria, entre otras.

Durante los años de la bonanza del guano —considerado por algunos como el “opio” de los peruanos—, este recurso se convirtió en un factor determinante del atraso en el desarrollo económico nacional. A pesar de esa efímera prosperidad, el país logró atraer a inmigrantes europeos y americanos, entre ellos científicos, empresarios y comerciantes, quienes desempeñaron un papel clave en la relativa y rápida reconstrucción de la economía hacia fines del siglo XIX.

Por otro lado, surgieron partidos políticos cuyos miembros funcionaron como bisagras eficaces entre las demandas de la clase empresarial y la gestión del aparato estatal. Aunque de carácter caudillista, poco doctrinarios y cerrados, partidos como el Civil, el Demócrata y el Constitucional cumplieron un rol importante como canales de articulación entre política y economía durante el periodo de posguerra del salitre.
Fuente: “La Historia Económica de la Primera Centuria”, Carlos Contreras. (Revista Moneda N.° 150 - BCRP)

La economía peruana logró recuperarse relativamente rápido de la Gran Depresión de 1930; sin embargo, la Segunda Guerra Mundial y los acuerdos comerciales con Estados Unidos retrasaron el alza de los precios de las exportaciones peruanas, que recién se reactivaron a inicios de la década de 1950.

Los cambios que más influyeron en el desarrollo empresarial durante este periodo fueron el crecimiento demográfico y la expansión del Estado peruano. Entre 1930 y 1960, el país no solo duplicó su población, sino que pasó de ser una nación predominantemente rural y andina a convertirse en un país urbano, rural y costeño.

Este proceso trajo consigo un aumento significativo en la demanda de textiles, alimentos procesados y bebidas, lo cual impulsó el crecimiento de empresas orientadas a abastecer el mercado interno. Este dinamismo fue mucho más determinante que las tímidas políticas industriales implementadas por los distintos gobiernos de la época.
Fuente: “El Estado y los empresarios en la historia económica del Perú independiente”, Carlos Contreras Carranza y Martín Monsalve Zanatti. Primera edición, diciembre de 2022.

En 1986, en un contexto de reorganización de las nuevas fuerzas vivas del periodo postoligárquico, la prensa acuñó el término “Doce Apóstoles” para referirse a los doce principales empresarios del país, convocados por el entonces presidente Alan García con el objetivo de discutir el rumbo económico del Perú. Desde entonces, esta denominación se ha utilizado para identificar a los líderes de los conglomerados empresariales más grandes e influyentes del país.

En la actualidad, el poder de estos grupos —económico, político y social— se ha diversificado. Entre los doce grupos de poder económico (GPE) más relevantes se encuentran seis de origen limeño (Benavides, Graña y Montero, Brescia, Ferreyros, Rodríguez-Pastor y Romero) y seis de origen provinciano (Rodríguez, Añaños, Dyer, Acuña, Huancaruna y Flores). Esta configuración del poder económico corporativo, junto con el grado de cohesión de las élites, revela los mecanismos utilizados para transformar su riqueza en influencia sobre la política pública, tales como el financiamiento de campañas, los lobbies y el fenómeno de las “puertas giratorias”. En los últimos años, la discusión ha incorporado también el uso de sobornos, debido a los escándalos de corrupción que han remecido al país.

Del Estado empresario al Estado regulador: la transformación del papel del Estado en la economía peruana comenzó en la década de 1990 con una severa política de ajuste estructural. Esto implicó la liquidación y privatización de numerosas empresas estatales, muchas de ellas con pérdidas económicas significativas y responsables, en parte, del elevado déficit fiscal. Frente al desafío de insertarse en una nueva economía global, el sistema empresarial peruano aceleró su internacionalización, en paralelo a una redefinición del rol del Estado y un notable incremento de la inversión extranjera directa.

Este escenario representó un gran reto para las grandes empresas familiares, que debieron adaptarse a las políticas de corte neoliberal implementadas en ese periodo. Las empresas multinacionales y las denominadas “multilatinas” desplazaron progresivamente a los grupos económicos peruanos. Durante la década de los noventa, se consolidó un proceso de desnacionalización de la economía, afectando seriamente tanto a los conglomerados tradicionales como a las medianas empresas nacionales, que sufrieron el impacto de las reformas y de la creciente competencia externa.

En medio de este complejo y a menudo espinoso tránsito económico y social, la familia Añaños se ha convertido en un verdadero paradigma para el empresariado nacional. Originarios de Ayacucho, los Añaños no contaban con vínculos con los gobiernos de turno, ni con empresas multinacionales o capitales financieros. A pesar de ello, lograron construir dos poderosas empresas que hoy compiten, tanto en el mercado local como internacional, con gigantes globales.

Las dos principales compañías impulsadas por esta familia son:
a) Industrias San Miguel
b) AJE Group.

Entre sus productos más representativos destacan “Big Cola” y “Cielo”. El primero se ha posicionado como la cuarta bebida gaseosa más consumida en el mundo, disputando mercado directamente con las transnacionales Coca-Cola y PepsiCo. Además, AJE Group se ha convertido en la primera empresa de origen peruano en operar en múltiples países de la región Asia-Pacífico, incluyendo México, Perú, Tailandia, Singapur y Vietnam.

Otro caso emblemático dentro del surgimiento del empresariado nacional y del proceso de acumulación de capital es el de la familia Rodríguez Rodríguez. El Grupo Gloria, conglomerado de origen arequipeño fundado formalmente en 1986 por los hermanos Vito y Jorge Rodríguez, se ha consolidado como uno de los grupos alimenticios más importantes de América Latina.

Aunque su formalización como grupo empresarial se dio en los años ochenta, sus orígenes se remontan a 1941 con la fundación de la empresa Leche Gloria S.A. en la ciudad de Arequipa. Hoy en día, el Grupo Gloria mantiene su sede central en Lima y cuenta con importantes inversiones en Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador, Argentina y Puerto Rico, consolidando su presencia regional a través de una estrategia de expansión y diversificación sostenida.

Como era de esperarse, en este proceso de internacionalización del empresariado nacional no podía quedar excluida la participación de empresarios emergentes provenientes de la provincia de Recuay. Familias que, ante el abandono y desprecio sistemático hacia las provincias por parte del centralismo asfixiante del país, se vieron forzadas a emigrar hacia la capital en busca de mejores oportunidades.

La provincia de Recuay contaba con aproximadamente 30,000 habitantes según el censo de 1972. Sin embargo, para el año 2017, su población se había reducido drásticamente a cerca de 17,000 habitantes, reflejo de una dolorosa y persistente realidad migratoria. Actualmente, la zona muestra signos de recuperación, especialmente en el corredor Recuay–Ticapampa–Catac, aunque los distritos ubicados en las vertientes del Pacífico continúan en relativa situación de abandono.

En este contexto, el surgimiento de un empresariado emergente de origen recuaíno representa no solo un ejemplo de resiliencia, sino también un motivo de orgullo regional. A modo ilustrativo, mencionaré dos casos emblemáticos que considero especialmente significativos:

1. Textiles Camones S.A.
2. Walon Sport S.A.

Ambas empresas son expresión del esfuerzo, visión y capacidad de transformación de familias que, habiendo partido desde condiciones adversas, hoy representan al Perú en los mercados nacional e internacional.

Textiles Camones S.A. fue fundada en 1995 por los hermanos Camones Guillermo: Edwin, Alfredo, Alex, Carlos y Bertha. Es una empresa familiar dedicada a la fabricación de telas y prendas de vestir de tejido de punto. Se trata de una compañía verticalmente integrada, con procesos sistematizados que van desde la elaboración de los tejidos hasta el empaquetado final de las prendas, lo que les permite ofrecer a sus clientes un servicio completo bajo el modelo “full package” (Paquete Completo de Manufactura Textil).

La empresa cuenta con dos plantas de producción ubicadas en los distritos de Puente Piedra y Los Olivos, en Lima. Es reconocida como líder en su sector, destacando por su compromiso con el respeto al medio ambiente, la promoción social y la responsabilidad empresarial. Textiles Camones S.A. se guía por principios corporativos sólidos que reflejan su compromiso con sus trabajadores, accionistas, junta directiva y el entorno social en el que opera.

Su misión institucional es:
“Vestir al mundo con propuestas innovadoras, de alta calidad, a precios competitivos y con responsabilidad social y medioambiental.”
Su visión de desarrollo es:
“Ser reconocidos globalmente como una empresa textil sostenible.”

Desde marzo de 2023, Textiles Camones S.A. se constituyó como una empresa BIC (Sociedad de Beneficio e Interés Colectivo), reafirmando su objetivo de contribuir activamente al cuidado del medio ambiente y al bienestar de la sociedad. Actualmente, cuenta con aproximadamente 2,000 colaboradores directos y alrededor de 5,000 colaboradores indirectos, con una inversión acumulada superior a los 500 millones de dólares.

La empresa produce una amplia variedad de telas de tejido de punto, incluyendo: jersey, franela, piqué, rib, interlock, french terry, así como telas estampadas full cobertura y telas sublimadas. En cuanto a prendas, fabrican camisetas, polos, vestidos, blusas, tank tops, hoodies, casacas, pantalones, entre otras, destinadas principalmente a la exportación.

Textiles Camones también cuenta con tiendas propias en los distritos de Puente Piedra y La Victoria (Lima), además de locales internacionales en Caracas (Venezuela) y Bogotá (Colombia). Sus productos se exportan a 15 países: Estados Unidos, Argentina, Australia, Bolivia, Brasil, Canadá, China, Colombia, Ecuador, España, Italia, Japón, México, Reino Unido y Venezuela.

TEXTILES CAMONES, en estos últimos años, ha logrado RECONOCIMIENTOS, como: el “Premio por su compromiso con la Seguridad y Salud de sus colaboradores 2017" y el “Premio a la Excelencia 2017 en Prevención de Riesgos". En el 2022, por segundo año consecutivo, fueron reconocidos por sus excelentes resultados en materia medioambiental y respeto que brindan a sus colaboradores. específicamente, han logrado tres reconocimientos de Great Place to Work (GPTW): Empresa con Mejor Progreso, Puesto N° 13 en la Lista para Trabajar para Mujeres y Puesto N° 4 en la Lista Mejor Lugar para Trabajar en Producción y Operaciones.

En el año 2024 gano el 1er lugar en la categoría con más de 1,000 trabajadores: “LOS MEJORES LUGARES PARA TRABAJAR GESTION SOSTENIBLE PERU 2024”, otorgado por la consultora internacional Great Place To Work.

En términos de inversiones, Textiles Camones está implementando varios proyectos importantes por un valor de $ 50,000,000 dólares, incluyendo la construcción de una planta de hilandería en Comas y una expansión de su planta de tejidos en Puente Piedra. Estas iniciativas no solo buscan garantizar el suministro local de insumos, sino también apoyar la producción de su línea sostenible. El proyecto de la planta de hilandería, valorado en aproximadamente 48 millones de dólares, comenzará en el 2025, marcando un paso significativo en el compromiso de la empresa con la innovación y la sostenibilidad.

“Walon Sport S.A.” línea de productos deportivos, fue creada en 1989 por los esposos Policarpo Alfonso Gilio Dolores y Perpetua Ery Camones Depaz, naturales del Distrito de Pararín provincia de Recuay. Para llegar a los equipos de primera división, la empresa aplicó una estrategia de marketing que consistía en proporcionar ropa deportiva a algunos jugadores para que estos la exhibieran en las conferencias. A la pareja solo le bastó 5 años y, gracias a la aceptación del público, la compañía abrió su primera tienda en la ciudad de Barranca. Con ello, empezó el despegue de la marca. Empezaron vendiendo ropa en los mercados y su emprendimiento los llevó a vestir a la selección peruana de fútbol. Otros clubes que han vestido sus prendas son Alianza Lima, Cienciano del Cusco, Club Deportivo Municipal, Sport Huancayo, entre otros. Vale mencionar que las prendas de Walon también han llegado a clubes internacionales en Colombia, Bolivia, Chile, El Salvador, República Dominicana y Haití.

Finalmente, resulta pertinente destacar que, en la última década, han surgido jóvenes empresarios emprendedores de origen recuaíno, quienes vienen posicionándose exitosamente en el mercado nacional y, con especial énfasis, en la propia provincia de Recuay. Estos nuevos actores del desarrollo económico se han insertado en rubros diversos como la ropa y el calzado deportivo, los materiales de construcción y el sector hotelero. No queda más que felicitarlos por su espíritu emprendedor y por contribuir activamente al crecimiento económico local.

En ese sentido, es fundamental no perder de vista las oportunidades que se abren con la pronta inauguración del Mega Puerto de Chancay, el Parque Industrial de Ancón y la puesta en funcionamiento del remodelado Aeropuerto “Comandante FAP Germán Arias Graziani” en Anta–Carhuaz, Áncash. Estas infraestructuras estratégicas están llamadas a convertirse en puertas de entrada y salida hacia y desde el mundo, permitiendo la promoción y canalización de nuevos emprendimientos económicos regionales.

Frente a este nuevo panorama, resulta urgente que nuestras autoridades regionales, provinciales y distritales asuman el liderazgo necesario para reorientar el desarrollo y garantizar que nuestras provincias no queden rezagadas, sino que se integren plenamente a los procesos de progreso y desarrollo social en el país.

Autor:
Bach. Alfredo Chávez Olivera