miércoles, 21 de mayo de 2014

EL SINDROME DE HUBRIS, UN MAL ENDEMICO QUE DELIRA EL CEREBRO DE NUESTROS POLITICOS FOLKLORICOS

Las presuntas conductas hubristicas del Presidente regional de Ancash, Cesar Álvarez Aguilar, pone nuevamente en tela de juicio el comportamiento irracional de algunos políticos que por la embriaguez de poder, llegan a cometer tantos atrocidades al margen de la Ley. Instaurar una asociación ilícita para delinquir con la gracia santificada del Estado peruano; es un tema muy grave, que ha provocado malestar y repudio del País y estragos en nuestra somnolienta clase política. Una vez más, se desnuda las aberraciones que puede inducir el poder omnímodo y que nuestra enclenque democracia sucumba frente al delirio, la corrupción y el sicariato de personajes oscuros y rufianes amparados en muchos casos desde las altas esferas del poder corrupto y omnipresente.

¿ Qué es el Síndrome de Hubris ? o el llamado mal del poder, es un trastorno de la personalidad con características peculiares, muy bien estudiado por el médico neurólogo, el británico David Owen, quién en su ensayo “In Sickness and in Power” ('En la enfermedad y en el poder') identifico los siguientes síntomas fácilmente reconocibles, entre los que destacan: a) una exagerada confianza en sí mismos, b) desprecio por los consejos de quienes les rodean y c) alejamiento progresivo de la realidad. Por otro lado D. Owen concluyó en su ensayo, manifestando, que: "El poder intoxica tanto que termina afectando al juicio de los dirigentes". Asimismo, sentencia afirmando, que "Las presiones y la responsabilidad que conlleva el poder termina afectando a la mente".

De acuerdo a investigaciones preliminares, hay sospechas, que la banda organizada creada por el malogrado Presidente regional de Ancash, fue amparada con anuencia del Estado peruano y fortalecido por complicidad de malas autoridades policiales, judiciales y legislativas. Sus tentáculos habrían subordinado a decenas de alcaldes, regidores, gobernadores, medios de comunicación, dirigentes de organizaciones sociales de base y otros a su causa malévola. Tejido social corporativista, sometido al poder económico, demagógico, autoritario y sanguinario de su creador para saciar sus intereses personales y de grupo.

En la actualidad, los especialistas de la conducta humana, usan esta sintomatología al referirse a un trastorno "paranoide" denominado síndrome de Hubris o Hybris, caracterizándose como un trastorno que genera un ego desmedido, un enfoque personal exagerado, aparición de excentricidades y desprecio hacia las opiniones de los demás. Se suele asociar a cargos de poder, tal y como pueden ser políticos, "eternos" dirigentes, funcionarios, personal de confianza, financieros, empresarios, grandes fortunas, famosos, etc.

Hoy se conoce por fuentes periodísticas, que el tristemente aparato represivo regional, tuvo como aliado a malos dirigentes de construcción civil y trabajadores lumpenes que sirvieron de “brazo armado” para liquidar y amedrentar a sus adversarios políticos provocando miedo y terror. Otro componente especial de esta organización, es la participación activa de sicarios, sellando el comportamiento delincuencial e intolerante para los que no llegaron a someterse y pensaron diferente a ellos.

La palabra Hurbis o Hybris, se describió en la Grecia antigua para referirse a las acciones crueles, vergonzosas y humillantes que un abusador cometía sobre su víctima por mero placer, es decir, desmesura psicológica en aquellos que habían atravesado la frontera de sus posibilidades humanas cuando se les había conferido poder, haciéndolos rígidos, egocéntricos, crueles, prepotentes y en el fondo irracionales.

Muchas de estas características descritas por los griegos, en la actualidad tienen vigencia en nuestro país y en nuestra presuntuosa clase política, en algunos casos se han sofistificado, sublimado y modernizado los aparatos de control humano, represión, sometimiento y abuso de poder.

Sabemos a ciencia cierta: ¿Cuántas denuncias registra el Poder Judicial de alcaldes, presidentes regionales y funcionarios del Estado por el delito de abuso de autoridad? Me pareciera que 30 % es una cifra muy inferior frente a la estadística nacional. Nuestras autoridades tienen un concepto y percepción errónea de los cargos que le confiere el pueblo para gobernar. Piensan que el gobierno central, las regiones y municipalidades son sus propiedades y/o “chacras” para que hagan lo que quieran. Muchos desconocen sobre sus facultades, competencias y funciones que les otorgan las leyes. Sus acciones de gestión y ejecución de obras son productos de sus elucubraciones y apetitos personales, al margen de planes y proyectos estratégicos concertados con una visión de desarrollo de país y de sus comunidades.

Sobre este mismo asunto, D. Owen, según sus investigaciones menciona lo siguiente: “Tras un tiempo en el poder, el afectado por este mal, padece lo que psicológicamente se llama desarrollo paranoide. Todo el que se opone a él o a sus ideas, es un enemigo personal. Puede llegar incluso a la paranoia o trastorno delirante que consiste en sospechar de todo el mundo que le haga una mínima crítica, y, progresivamente se va aislando de la sociedad”. D. Owen continua, aseverando lo siguiente: “Llega un momento en que deja de escuchar, se vuelve imprudente, toma decisiones por su cuenta sin consultar, porque cree que sus ideas son correctas. Aunque finalmente se descubra que son erróneas, nunca reconocerá la equivocación”.

Sabido es, que a nuestras autoridades peruanas, les gusta que les adulen y santifiquen, rodearse de mediocres funcionarios para vivir en su mundo de ficción. “Los chi cheño” son sus incondicionales y algunos arman sus portátiles haciendo uso de los recursos del Estado; en muchos de los casos, aprovechándose de la necesidades de los beneficiarios de los programas sociales y en otros obligando a los trabajadores contratados. Estos últimos si no apoyan a su causa ensalzada son despedidos y/o rescindidos sus contratos.

Los investigadores del comportamiento humano, coinciden al señalar que: “Para que esto suceda tiene que tener poca madurez psicológica dentro de una personalidad esquizoide (es decir con un mundo interior sobre dimensionado, y una afectividad anómala). Si a ello se le incrementa escasa formación cultural, una preparación humana frágil, carencias de cualquier tipo (afectiva y económica entre otros) y en cualquier tiempo (especialmente en el pasado: generalmente en la niñez) y además de eso existen circunstancias supuestamente adversas podemos ver a autoridades singularmente “extravagantes”.

Asimismo, los estudiosos de la conducta, agregan que: “Este tipo de cuadros psicológicos afectan sobre todo a la clase política y a su "personal de confianza" ya que es la que básicamente puede adquirir un desmesurado poder en un instante con una nula o escasa preparación humana y el mecanismo o la reacción de defensa suele ser la distancia, la rigidez y el aislamiento del entorno”.

En nuestro país, el ejercicio del poder en muchos casos ha transformado la conducta de los políticos (Vladimiro Montesinos); el caso C. Álvarez, es solo un ejemplo. Por tanto, se puede inferir que sí, se pueden enfermar de poder; pues este puede generar algunos desórdenes psíquicos y problemas conductuales.

Y si estos políticos no están preparados para enfrentar el fracaso, “La pérdida de poder o de popularidad los sume en la desolación, “la rabia y el rencor” y entonces, solo entonces recurren a algún tipo de ayuda psiquiátrica o psicológica. Pero solo tras “dejar muchos cadáveres por el camino.” Aseveran los estudiosos.

Por otro lado, otros políticos frente al fracaso se sumergen en la más profunda depresión minando la estructura frágil de su personalidad. Lo lamentable, es que en estas condiciones muchos de ellos ostentan reelegirse para ser gobernantes locales, regionales o de nivel nacional. Eso es una realidad latente que el pueblo tiene que lidiar en todos los procesos electorales frente a la presencia de nuestra alicaída clase política. Sobre esta situación el Dr. Franco, dice. “Todo esto se da hasta que cesa en sus funciones o pierde las elecciones, entonces viene el batacazo y se desarrolla un cuadro depresivo ante una situación que no puede comprender" y que es difícil tratar este problema, porque quien lo padece, no tiene conciencia de ello.

Frente a esta situación y como sociedad civilizada como nos protegemos de estas malas autoridades que llegan al poder por voluntad de nuestros electores. ¿Cómo saber si las autoridades por elegir y sus funcionarios de confianza tienen buena salud mental? El Estado peruano tiene que crear normas legales y filtros para contrarrestar que potenciales asesinos, sanguinarios y delincuentes, lleguen al poder.

Sobre este caso, los ingenieros de la conducta, recomiendan, manifestando lo siguiente: “No es justo, ni ético, ni científico que los dirigentes y su "personal de confianza" no pase ningún tipo de filtro tanto de salud física y fisiológica como psíquica para ser designado previamente por su partido como candidato idóneo. Y debería estar estipulado en la Legislación Electoral un criterio de selección como en cualquier otro puesto del Estado aun confiando ese criterio a un grupo técnico definido por cada partido. Mientras esto no suceda tendremos lo que tenemos. Una gavilla de malas autoridades a merced de nuestros pueblos.

Por consiguiente, es imprescindible en defensa de la salud pública de nuestra población los que pretenden gobernar nuestros pueblos o dirigir los destinos de nuestra nación; es necesario que cuenten con un "certificado de salud mental", que garantice un comportamiento adecuado, racional y ajustado con la realidad social y, se elijan responsables autoridades para el progreso y bienestar de nuestros pueblos. De lo contrario; deduce D. Owen que “solo contaremos con autoridades que prefieren rodearse por una legión de genufléxos cabezas huecas que no vacilan en felicitarle hasta en sus equivocaciones, reiterándole de lo imprescindible de su mesiánica presencia al frente de la conducción de los destinos del Estado”. Realmente, no todos los hombres están destinados a alcanzar el poder político, los gobernantes son seres humanos, sienten y padecen igual a cualquier mortal y la salud de estos siempre se maneja como un secreto de Estado.

Finalmente, para fortalecer la democracia y promover una activa participación ciudadana, existen propuestas de proyectos, como el "Proyecto de Ley 03502/2013-CR". Ley de Reforma Constitucional que Prohíbe la Reelección Inmediata o Mediata de Autoridades Regionales y Locales presentando por Congreso de la República el día 15/05/14 y aprobado por mayoría en la Comisión de Constitución Y Reglamento para modificar los artículos 191 y 194 de la Constitución Política del Perú. Asimismo, sabemos por buenas fuentes que el 90% del Congreso apoya la iniciativa legislativa. Por tanto se da por descontado que el pleno debe ratificar esta enmienda constitucional para que se convierta en Ley.

Sobre este último caso, personalmente me hubiera gustado la reelección inmediata por un periodo más (2 periodos consecutivos) y nunca más regresen a gobernar para que fueron elegidos (Alcalde, Presidente regional); salvo un cargo superior a lo ejercido, tanto de nivel regional o nacional. En fin el asunto de la enmienda está en marcha para su aprobación como tal. El objetivo de este Proyecto Ley; es liquidar el caudillismo regional y local y, el curacazgo, fortalecer la institucionalidad de los partidos políticos (hoy caricatura de partidos), la alternancia del poder, luchar contra la corrupción, el clientelaje político y el asistencialismo haciendo uso de los recursos del Estado. Asimismo, promover el control y vigilancia ciudadana y promover la participación plena de los ciudadanos en funciones de gobierno.

“La naturaleza humana es frágil y en muchos casos enloquece al relacionarse con el poder, se sienten semi-dioses”. (EL ÁGORA)

Bach. ALFREDO CHAVEZ OLIVERA

Bibliografía electrónica:

1.- ¿Qué es el Síndrome de Hybris? (La enfermedad de los que piensan que lo saben todo)
http://www.educacionenred.pe/noticia/?portada=46042

2.- ¿Cómo detectar a un afectado por el síndrome de Hybris?
http://desesperada.org/como-detectar-a-un-afectado-por-el-sindrome-de-hybris

3.- David Owen, “In Sickness and in Power” En El Poder y La Enfermedad. Ensayo, Editorial Siruela S.A., año 2010 – 2011, Almagro 25, 28010 Madrid.