jueves, 5 de octubre de 2023

“Recuay: Capital Cultural de Áncash y Cuna del Pisco Sour”

Las denominaciones, marcas, símbolos y lemas que identifican a un país, región o localidad se obtienen por dos vías: de hecho o de derecho. La primera se construye a partir de las características propias del lugar, como sus costumbres, tradiciones y otros rasgos peculiares sui géneris, convirtiéndose en auténticos sellos de identidad cultural. La segunda se establece por vía legal, mediante la promulgación de leyes o normas que se fundamentan en una exposición de motivos, la cual sirve como prólogo para justificar y sustentar el contenido normativo.

Una marca ciudad identifica la pertenencia colectiva y los rasgos diferenciales de una ciudad o región, con el propósito de renovar su posicionamiento y fomentar la valoración de sus fortalezas. En una marca ciudad se sintetizan íconos, símbolos, lugares, personajes y elementos culturales que promueven y despiertan interés hacia esa ciudad. Su impacto es visible en la promoción de la inversión económica, la atracción del turismo nacional e internacional, y la difusión de la cultura viva comunitaria de una ciudad o región específica.

En tal sentido, respecto a esta materia, existen bienes sociales y fundamentos básicos que sustentan la pretensión de convertir a “Recuay en la Capital Cultural del Departamento de Áncash”. La provincia de Recuay cuenta con fortalezas patrimoniales, históricas y condiciones objetivas para recibir este título y su correspondiente institucionalización, basados en los siguientes considerandos:

1. RECUAY: UNA CULTURA MILENARIA Y ANCESTRAL

A nivel del antiguo Perú, la cultura Recuay, según historiadores e investigadores científicos, se ubica dentro de la periodificación prehispánica en el periodo de los Desarrollos Regionales (Lumbreras 1969-1976) o en el denominado Intermedio Temprano (Rowe 1960, Lanning 1967 y Willey 1971). En consecuencia, la cultura Recuay cuenta con más de 1,800 años de historia regional reconocida por la arqueología científica (1).

Durante este periodo, los Recuay, al igual que otras culturas contemporáneas establecidas en los Andes centrales, ejercieron una profunda influencia entre los señoríos locales del actual departamento de Áncash, interactuando y retroalimentándose mutuamente, lo que dio origen a un sello particular y propio a nivel regional. Esta etapa se caracterizó por:

  • La fundación de sedes administrativas en el Callejón de Huaylas, el Callejón de Conchucos y los valles altos de las vertientes del Pacífico y el Bajo Santa.

  • La promoción de patrones culturales uniformes y una ideología integradora basada en creencias, mitos y el “culto felínico”, junto al desarrollo de una cultura propia con técnicas paralelas en cerámica, escultura, metalurgia, agricultura y ganadería.

  • La construcción de caminos y puentes (rutas de los orígenes) como medios de transporte que facilitaron una fluida comercialización e integración entre los ayllus y las guarangas de la región, desde la ceja de selva hasta la sierra y los valles altos y medios de la costa.

  • La edificación de asentamientos fortificados para protegerse del expansionismo territorial de reinos vecinos como los Moche, Cajamarca, Lima y Guañuco.

  • El impulso a una alta especialización artesanal (grandes artesanos), profundizando la división del trabajo entre la clase sacerdotal y los campesinos.

  • El fomento de la unidad religiosa y el culto obligatorio a sus dioses.

2. LOS RECUAY, LA PRIMERA NACIÓN DEL DEPARTAMENTO DE ÁNCASH

La cultura Chavín, considerada por el arqueólogo Julio C. Tello como la matriz de la cultura peruana, fue un estado multinacional y multilingüe por excelencia. Por su parte, la cultura Recuay fue la primera nación del departamento de Áncash, hipótesis sustentada en las siguientes particularidades (2):

  • Su población estuvo conformada principalmente por grupos étnicos descendientes de los Chavín, Sechín y Huaricoto, sus ancestros más próximos con un mismo origen étnico.

  • Su demarcación territorial comprendió aproximadamente el 70% del actual departamento de Áncash: el Callejón de Huaylas, el Callejón de Conchucos, el Bajo Santa y la ceja de selva.

  • Probablemente, el Culle (proto quechua) fue la lengua principal de los Recuay, utilizada como sistema de comunicación verbal para sus relaciones interpersonales, sociales y de integración regional.

  • Establecieron patrones socioculturales comunes en arquitectura, cerámica, escultura, metalurgia, religión, agricultura, ganadería y otras manifestaciones artísticas y culturales, como la música, la danza, relatos míticos, tradiciones, costumbres, gastronomía y prácticas rituales.

  • La autoridad política y religiosa estaba en manos de sacerdotes guerreros (Hatun Curacas), quienes ostentaban el poder mediante el control basado en el miedo y la violencia sobre los campesinos guerreros, configurando un Estado primario o prístino.

3. RECUAY, DECLARADA “PATRIMONIO MONUMENTAL DE LA NACIÓN”

Desde 1986, mediante la Resolución Ministerial N° 796-86-ED del 30 de diciembre, la ciudad de Recuay fue declarada Patrimonio Monumental de la Nación debido a sus méritos arquitectónicos, estéticos, urbanísticos e históricos, en la categoría de “Ambiente Urbano Rural Monumental”. Esta declaración abarca la ciudad en su totalidad, por lo que sus bienes deben ser conservados y puestos en valor. Asimismo, ha sido declarado patrimonio de la nación el inmueble donde vivió Antonio Raimondi.

Esta norma, aprobada por el Estado peruano, requiere para su implementación la promulgación de una Ordenanza Municipal que garantice la restauración y conservación del conjunto de construcciones, así como la orientación de las nuevas edificaciones para que mantengan fachadas con estilos coloniales y virreinales típicos andinos.

Los patrimonios arquitectónicos están conformados por edificaciones o conjuntos de edificaciones que poseen un valor artístico e histórico fundamental para la historia del arte y la arquitectura del país. Por tanto, es indispensable su conservación y restauración, ya que representan un legado histórico de gran relevancia para la sociedad.


4. PUEBLO VIEJO – “CHOQUERIKAY”: SITIO ADMINISTRATIVO INCA DE VITAL IMPORTANCIA PARA LA CONSOLIDACIÓN DEL TAHUANTINSUYO

La sede administrativa inca de Choquerikay es un sitio arqueológico que demanda ser declarado Patrimonio Cultural de la Nación para su restauración, conservación y puesta en valor. Al respecto, existe el Proyecto de Ley N° 1748-2017-CR, que declara de interés nacional y necesidad pública la declaratoria como bien inmueble integrante del patrimonio cultural de la nación, con delimitación física, investigación, conservación y promoción social y turística del sitio arqueológico Pueblo Viejo de Recuay. Este lugar alberga un gran centro monumental y la pirámide inca de Recuay, ubicados en la provincia de Recuay, departamento de Áncash. La iniciativa legislativa fue presentada por el excongresista ancashino Carlos Alberto Domínguez Herrera y se encuentra en estudio y dictamen en la Comisión de Cultura y Patrimonio Cultural del Congreso de la República desde el 10 de agosto de 2017.

Según arqueólogos, la pirámide corresponde al tipo de estructura conocida como “Ushnu”, lugar ceremonial donde el Inca presidía la fiesta del Sol o Inti Raymi. Este hallazgo modifica la comprensión sobre el funcionamiento del antiguo imperio del Tawantinsuyo en sus provincias principales y abre nuevas puertas para entender la dinámica de la civilización Inca en el Callejón de Huaylas. La estructura piramidal escalonada conocida como “Pueblo Viejo” requiere reivindicar su legado histórico.

El arqueólogo Miguel Aguilar Díaz señala que “el sitio arqueológico alberga estructuras incas tales como kanchas, callancas, un posible acllahuasi o templo de mujeres escogidas y consagradas al Inca, una compleja red hidráulica, terrazas agrícolas, colcas para almacenamiento de alimentos, cementerios y hasta calles y caminos”. Asimismo, destaca las afectaciones sufridas por huaqueo y actividades agrícolas. En el lugar se hallaron restos cerámicos desde la época de la cultura Recuay, así como chulpas o mausoleos de piedra que preceden en más de mil años al Imperio Inca.

La “nueva” pirámide inca descubierta tiene una altura aproximada de 10 metros y su hallazgo fue posible gracias a que las comunidades campesinas respetaron sus construcciones al considerarlas sitios sagrados. Este recinto arqueológico abarca una extensión de 150 hectáreas y alberga a dos comunidades campesinas (3).

5. TICAPAMPA – RECUAY, CUNA DEL “PISCO SOUR”: EL ORIGEN DE LA MEZCLA PERFECTA DEL TRAGO BANDERA DEL PERÚ

En Ticapampa, conocida como la “Pampa de Flores”, en 1860, cateadores de minas descubrieron una veta llamada “Gran Socavón” y otras vetas aledañas en Collaracra y Huancapetí. Este hallazgo fue la base para que, en 1880, inversionistas europeos, principalmente franceses e ingleses, crearan la empresa minera “The Anglo French Ticapampa Silver Mining Company Ltd”, la primera empresa minera-metalúrgica establecida en el Perú, anterior a la “Cerro de Pasco Mining Corporation” fundada en 1902.

El establecimiento de la minera “Anglo French” en Ticapampa atrajo mano de obra y convirtió la zona en un centro minero importante, con un intenso movimiento económico, fiestas y vida social. Uno de los lugares de tertulia fue la “Casa Gerencia”, donde ingenieros extranjeros eran atendidos por barmans ingleses y franceses, entre ellos Faraggy, Van de Velde y Mercier. Estos profesionales culinarios elaboraban comidas y tragos exquisitos, y formaron a una nueva generación de chefs y barmans locales, entre quienes destacaron Juan de Dios Mejía Romero, Demetrio Ríos, Teodosio Sánchez, Eleazar Villanueva, Francisco Maguiña, Santos Colonia y Silvestre Ríos.

La empresa minera instaló una tienda mercantil bien surtida, donde se proveía de alimentos y bebidas, entre ellos los piscos “Acholado” de Cañete y “Moro” de Santa Chimbote. La historia cuenta que, en octubre de 1914, durante la fiesta de la Virgen del Pilar (patrona de Ticapampa), se agotaron todos los licores de la “Casa de Gerencia”. El francés Roller, superintendente de la mina y fascinado por la belleza y elegancia de las damas recuaínas en la corrida de toros, mandó invitar a todos los asistentes a beber hasta acabar con las reservas del bar. Tras la fiesta taurina, el equipo de ingenieros, animados por el trago, deseaba continuar la rumba.

Ante la falta de whisky europeo y “Pisco Acholado”, sólo quedó el despreciado “Pisco Moro” ancashino, que el joven barman huaracino Juan de Dios Mejía Romero utilizó, combinándolo con ginger ale de Caráz, para crear la mezcla perfecta del trago bandera del Perú: el “Pisco Sour”, que años después tomaría ese nombre oficial en 1926. Cuando el “licor ácido” llegó a Ticapampa, pocos lo recordaban, pues el pisco ya había conquistado la preferencia (4).

Posteriormente, Demetrio Ríos, testigo del origen del trago, fue enviado a otra mina francesa en Perú, “Huaron Mines” en Cerro de Pasco, donde conoció al norteamericano Víctor Vaughen Morris, empleado en “The Cerro de Pasco Railway”. Morris se hizo amigo del barman ancashino y le pidió el secreto de la mezcla. En 1915, tras la fusión de la empresa ferroviaria para constituir la minera “Cerro de Pasco Copper Corporation”, Morris renunció y se trasladó a Lima, llevando consigo a Ríos.

Demetrio Ríos reveló a Morris que el verdadero creador del exquisito trago era Juan de Dios Mejía Romero. Más adelante, Mejía se estableció en Lima, consolidándose como jefe de barmans y mozos en el Country Club, el Hotel Maury y el Gran Hotel Bolívar. Este hecho explica por qué el bar Maury es erróneamente considerado como la cuna del Pisco Sour, cuando en realidad fue Ticapampa y Juan de Dios Mejía el origen genuino de la bebida.

Actualmente, por desconocimiento, se atribuye a Morris la creación del Pisco Sour, debido a un anuncio en el diario “El Comercio” en 1927, que fue la primera vez que el nombre “Pisco Sour” apareció en prensa, asociado al bar Morris en Lima. Este error refleja la tendencia a reconocer como propios los logros de extranjeros, un síntoma de dependencia cultural y baja autoestima colectiva.

Respecto a las tertulias recuainas, aún se conserva el verso popular en huayno:
“La chimenea de Ticapampa echa humo sin carbón,
así lo mismo las recuainas tiran prosa sin calzón”.
Este verso probablemente surgió a inicios del siglo XX, con el auge minero y su emblemática torre de fundición.

Con base en estos hechos, la ciudad de Ticapampa – Recuay fue declarada cuna del Pisco Sour y la “Casa Gerencia” fue reconocida como Patrimonio Cultural de Áncash mediante la Resolución Directoral Regional N° 032-2012-DRC.ANC/MC, del 12 de julio de 2012.


6. LOS “NEGRITOS DE RECUAY”, DANZA TÍPICA QUE DEBE SER DECLARADA “PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN”

La danza de los “Negritos de Recuay” es una expresión cultural típica de la ciudad de Recuay, cultivada desde el siglo XX. Esta danza jocosa y pintoresca es liderada por el “Chiwa Shapra”, jefe de la cuadrilla tradicional, quien porta una máscara negra, una banda cruzada en el pecho y un chicote o látigo con el que golpea el aire para producir un sonido agudo que abre paso a los danzantes. La danza se acompaña de músicos que interpretan instrumentos de cuerda, percusión y viento.

En la provincia de Recuay existen más de veinte danzas típicas, muchas ancestrales, que merecen ser reconocidas como patrimonio cultural de la nación. Entre las más conocidas se encuentran: la danza del Inka y sus Pallas, las Marchanas, las Wankillas, los Capitanes de Pampas Chico, los Negritos de Pampas Chico, y los Capitanes de Ichoca (distrito de Pampas Chico); la danza del Inca y sus Pallas, los Huancos, y los Negritos de Marca (distrito de Marca); las Pallas y Negritos de Tapacocha (distrito de Tapacocha); las Pallas y Negritos de Pararín (distrito de Pararín); las Pallas y Negritos de Huayllapampa (distrito de Huayllapampa); las Pallas y Negritos de Llacllín (distrito de Llacllín); así como los Negritos de Cotaparaco, Cayac y Catac.

Estas danzas, que forman parte de las celebraciones patronales de sus respectivos distritos y comunidades, deben ser revalorizadas y promovidas como patrimonio cultural intangible de la región.

7. LAS TRADICIONALES FIESTAS TAURINAS DE RECUAY Y TICAPAMPA, CONSIDERADAS LAS MEJORES DE LA REGIÓN DE ÁNCASH

En el departamento de Áncash se encuentran las pintorescas ciudades serranas de Recuay, a 3,420 msnm, y Ticapampa, a 3,500 msnm. Estos pueblos tomaron impulso económico desde el siglo XIX gracias a la explotación minera a cargo de ingleses y franceses. Además, son la puerta de entrada al Callejón de Huaylas y a algunos de los paisajes más hermosos del Perú, protegidos por imponentes cumbres y nevados que superan los 6,000 metros.

Las ferias taurinas se celebran en Recuay el 15 y 16 de septiembre en honor al Señor de Burgos, y en Ticapampa el 13 y 14 de octubre en homenaje a la Virgen del Pilar. Estas festividades, posiblemente originadas en el siglo XVIII, fueron creadas para la diversión de los pueblos, donde inicialmente participaban aficionados locales en las corridas. Posteriormente, se incorporaron toros bravos de sangre y matadores profesionales.

Pese a las controversias, y con amparo en la Constitución Política y la resolución del Tribunal Constitucional (sentencia 0017-2010-PI/TC), que reconoce el carácter artístico y cultural de los festejos taurinos en el Perú, Ticapampa fue declarada Ciudad Taurina mediante Ordenanza Municipal N° 003-2012, con rango de ley. Recuay debería seguir este mismo camino para conservar esta tradición.

La fiesta patronal de Recuay moviliza a más de 30,000 personas durante seis días, dinamizando el comercio y la actividad turística con ferias taurinas, pasacalles, presentaciones artísticas y culturales, entre otras actividades. En tanto, Ticapampa atrae a más de 20,000 visitantes en sus festividades.


8. TICAPAMPA – RECUAY, EL PRIMER PUEBLO MINERO DEL PERÚ

En 1890, en Ticapampa, se construyó la Central Hidroeléctrica de “The Anglo-French Ticapampa Silver Mining Co. Ltd.” con una capacidad de 30 MW, la primera central hidroeléctrica del Perú; es decir, Ticapampa tuvo luz eléctrica antes que Lima, la capital del país. Asimismo, en Ticapampa se instaló el primer horno de fundición para concentración de minerales (1905). También destacan obras históricas como el Puente de Calicanto “Mercier” (1913), la Bocamina Gran Socavón (1860), y la bocatoma y canal de Calicanto que atraviesa actualmente el pueblo. La “Casa de Gerencia” y la sede del Club “El Obrero” son otros sitios emblemáticos que deberían ser declarados patrimonios culturales de Áncash por su valor histórico (5).


9. EL RÍO SANTA, CUNA DE LAS CULTURAS MILENARIAS DE RECUAY, HUAYLAS Y OTRAS

El río Santa (Hatun Mayu) nace en la laguna de Conococha (Quñuqcocha, “lago cálido”), en el distrito de Catac – Recuay, y su cuenca fértil es apta para la ganadería y agricultura, constituyendo una despensa económica y cultural para Áncash. Es uno de los ríos de mayor caudal de la costa peruana.

Con un nacimiento a 4,050 msnm, el río recorre el Callejón de Huaylas de sur a norte, atraviesa la Cordillera Blanca y Negra por el Cañón del Pato, irrigando el bajo Santa hasta desembocar en el Océano Pacífico. Está alimentado por numerosos riachuelos y 19 ríos tributarios principales (17 de margen derecha y 2 de margen izquierda).

A lo largo de sus 347 km y 12,006 km² de cuenca, con un caudal promedio de 199 m³/s, florecieron diversas culturas milenarias: el Hombre de Guitarrero (12,000 a.C.), Huaricoto (2,800 a.C.), Tumshucaico (2,300 a.C.), Ayllus de Chavín (1,800 a.C.), Huaraz Blanco sobre Rojo (200 a.C.), Recuay (200-600 d.C.), Wari (700-1000 d.C.), Huaylas (1100-1460 d.C.) e Inca (1460-1532 d.C.). Destacan los Recuay, primeros en establecer una nación en Áncash, y los Huaylas, que instituyeron la segunda. La cuenca fue escenario de tres grandes mestizajes culturales: con los Wari, los Incas y los españoles, que moldearon la región hasta hoy.

Actualmente, el río Santa atraviesa las provincias de Recuay, Huaraz, Carhuaz, Yungay, Huaylas y Santa, y cobija a más de 900,000 habitantes.


10. LAS PUYAS RECUAY (TITANCA), ESPECIE EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

La Puya Recuay, científicamente conocida como Pourretia gigantea, es una planta de gran tamaño que puede medir entre 3 y 4 metros en crecimiento vegetativo, y hasta 12 metros con la inflorescencia. Produce racimos con hasta 8,000 flores y 6 millones de semillas por planta. Es una especie monocárpica (muere tras florecer) y puede vivir más de 100 años. Actualmente está en peligro de extinción.

En Áncash, estos ejemplares se encuentran en la banda izquierda de la quebrada de Cashapampa, distrito de Catac – Recuay, a más de 3,200 msnm. Este hábitat es ideal para la promoción del ecoturismo, protegiendo así la flora, fauna y la conservación de la especie. Debido a su origen, debería denominarse “Puya de Recuay”.


Estas son las 10 razones fundamentales para declarar a Recuay como la “Capital Cultural del Departamento de Áncash”, con el objetivo estratégico de promover el turismo sostenible en la provincia y la cultura viva comunitaria en sus 10 distritos, impulsando el desarrollo y progreso local, y contribuyendo a mejorar los índices de desarrollo humano.


Bach. Alfredo Chávez Olivera
(UNMSM)

REFERENCIA BIBLIOGRAFICA:

(1)   Luis Guillermo Lumbreras, Periodización enfocada en el estudio de cambios económicos políticos y sociales

(2)   Chavez Olivera, Alfredo, Recuay, Primera Nación del Departamento de Ancash https://drive.google.com/file/d/1vNoH_bqi8igjJ34OaedaLBydJlPKvlmi/view?fbclid=IwAR1L9Bt4UpOcnLmOay0TK6agLf4g2S2oLF4WyqaWexJb5COopNMkg46tGZE 

(3) Miguel Aguilar Díaz: Publicado en el Diario La República, del 26 de diciembre del 2016. URL:http://larepublica.pe/impresa/ocio-y-cultura/833857-descubren-piramide-inca-en-recuay

(4) Facultad de Ingeniería Industrial-URP, Tinoco, Andrés (2010):"Etnotecnología: Ticapampa, origen del Pisco Sour". pp.131-132. Revista "Paradigmas" Volumen 2 No. 1. Edit. DHM Graphics. Lima, Perú. ISSN 2220-2056.)

(5) Torre Camones, Aníval (2010): "Historia de Ticapampa".